16 de julio de 2025

Loly Martel celebra un encuentro con la comunidad de la Residencia de Taliarte

 Miércoles, 16 de julio. 

Cartel promocional del acto en Taliarte

Redacción

Loly Martel comparte hoy, a partir de las 10.30 horas, un encuentro con la comunidad de la Residencia de Taliarte, en Telde, en el que se presentará también el libro "Antes muerta que sin silla", una obra que resume sus treinta años de convivencia con la esclerosis múltiple, parte de la historia de su vida que, desde que nació, ha sido una constante superación de obstáculos.
El libro, publicado por Editorial Vecindario, promotora del acto en colaboración con. Telde Actualidad, lo ha escrito, gracias a las nuevas tecnologías, con sus ojos, y la recaudación íntegra de su venta estará destinada a la ONG Canarias con Mozambique.
Loly Martel, que asegura que "no es un libro de autoayuda, pero que sí puede ayudar a muchas personas", cuenta su vida, "desde que era una niña hasta el lugar y el momento en el que me encuentro ahora, con 60 años y con muy poca movilidad".
A este respecto, asegura que nunca lo ha tenido fácil, pues al emblemático lugar en el que nació, Montaña Las Tierras, en el Barranco de Guayadeque, por aquel entonces un enclave y alejado al que no llegaba la carretera, aunque con gran esfuerzo se licenció en Psicología por la Universidad de La Laguna (ULL), en Tenerife, se sumó la enfermedad, razón por la que un nutrido grupo de amigas, incluida Paqui Domínguez, con quien colabora en "Vivir viviendo", un programa de Radio Agüimes, lleva años pidiéndole que lo contase en un libro.
El título, "Antes muerta que sin silla", es toda una declaración de intenciones sobre su forma de encarar las dificultades y una invitación al hipotético lector a dejarse llevar por ese humor negro que tanto le ha servido a la autora.
La obra, escrita a ratos en la Residencia de Mayores de Agüimes, está salpicada de fotos personales y de mucho humor, como cuando llama Doña Esclerosis a su enfemedad, una licencia que se toma por "el tiempo que llevo con ella, una compañera a la que respeto".
"Antes muerta que sin silla" ha sido un ejercicio de introspección "por los momentos duros que he tenido en mi vida", y aunque no ha podido contarlo todo, muestra aspectos esenciales como cuando fue a clase por primera vez con 9 años, sabiendo leer porque le enseñaron sus hermanos mayores; el año que pasó en la Residencia Escolar de Arinaga; el bullying que sufrió en el Colegio Roque Aguayro, donde los niños-as se metían con ella por "cumbrera" y por ser bastante alta; o el accidente tras el que definitivamente tuvo que dejar de conducir, porque continuaba cogiendo el coche a pesar de tener que ir ya en silla de ruedas.