Una cría de cachalote, de más de 4 metros de longitud y unos 900 kilos de peso, fue hallado muerto en la Playa de Vargas, en la pasada medianoche.
El ejemplar, una macho lactante, ya que no tenía dentadura, será trasladado el lunes a las dependencias de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria para ser sometido a la correspondiente necropsia patológica que permita conocer las causas del fallecimiento.
Las primera hipótesis que se barajan, y que deberán ser corroboradas por la necropsia, es que la muerte se produjera poco tiempo después de su alumbramiento, informaron fuentes del Centro de Recuperación de Fauna, dependiente del Cabildo de Gran Canaria.
El cetáceo, que llevaría pocos días muerto por cuanto no presentaba signos de descomposición, fue descubierto poco antes de la medianoche en la Playa de Vargas, después que la Policía Local de Agüimes fuera alertada por un grupo de personas que se encontraba por el lugar, dándose también aviso a Medio Ambiente y a la Guardia Civil.
Fuentes científicas han indicado que en Canarias existe una importante colonia de cachalotes (un cetáceo carnívoro parecido a la ballena que llega a alcanzar los 20 metros de largo y que tiene una prominente cabeza), que se localiza entre las islas de Fuerteventura y Lanzarote y en las profundidades del pasillo existente entre Gran Canaria y Tenerife.
Vidal Martín, miembro de la Sociedad para el Estudio de los Cetáceos en el Archipiélago Canario (SECAC), señala que la población existente en las islas orientales se acerca al medio centenar, sin poder precisas el número de ejemplares que hay entre las dos islas capitalinas. "Hace dos años iniciamos la realización de un censo de estos animales con la captación de los sonidos que emiten a través de hidrófonos situados a 200 metros de profundidad", indicó Vidal.
Este miembre de la SECAC define a los cachalotes como "relojes suizos" en su comportamiento. "Realizan inmersiones de unos 800 metros durante 45 minutos y luego acceden a la superficie durante 9 ó 10 minutos". Su alimentación está constituida, básicamente, por calamares.
Fuentes de la SECAC indican también que, anualmente, se registran entre 30 y 40 hallazgos de ballenas y delfines muertos en las costas canarias, cifra que contrasta con los casi 400 episodios de este tipo que se producen en Galicia y que tienen su explicación en que muchos de los animales muertos en las aguas archipielágicas son arrastrados mar adentro por las corrientes.