25 de octubre de 2016

Agüimes homenajea a Pepito López y Catalina Hernández, el hombre y la mujer de más edad del municipio

Catalina Hernández, durante el homenaje, junto los representantes
del Ayuntamiento de Agüimes y su familia (Foto: @oscarhdezsuarez)
Martes, 25 de octubre.

Prensa Agüimes
Agüimes rindió un homenaje el pasado viernes al hombre y la mujer de mayor edad de nuestro municipio como cierre de la XIII Semana de las Personas Mayores y con motivo del Día Municipal de las Personas Mayores.
El acto, presidido por el Alcalde de Agüimes, Óscar Hernández, es un reconocimiento a todas las personas mayores que con su trabajo y esfuerzo han contribuido a la construcción y desarrollo de nuestro municipio, además de ser un momento de encuentro, convivencia y diversión. En el transcurso del mismo, se entregó una placa a Simón Cirilo Castro de Barrameda, conocido como Pepito López, de 101 años, y a Catalina Hernández Santana, de 99 años, como las personas de más edad y en representación de todos los mayores del muncipio.
*Catalina Hernández Santana (29 de diciembre de 1917), hija de Sebastián y María Asunción, nació en Agüimes y es la tercera de cinco hermanos.
Fue a la Escuela del Rey en Agüimes y a los catorce años comenzó a trabajar en el almacén de D. Diego en Agüimes y en Los Corralillos para ayudar en la economía de la casa. Su padre trabajaba en una finca y su madre amasaba para hacer el pan de las personas pudientes del barrio.
Con 23 años se casó con Luis Hernández Romero, que era el barbero del pueblo. Tuvo cinco hijos y continuó trabajando en los almacenes de tomate hasta que sus hijos crecieron y le echaron una mano.
Actualmente, Catalina, que tiene nueve nietos y seis bisnietos, vive con una sobrina y en casa, con la familia, "veo la misa en televisión y leo las revistas para estar informada".
*Simón Cirilo Castro Barrameda (28 de octubre de 1915), conocido como Pepito López, nació en Las Palmas y, con pocos meses, es adoptado por las hermandas María y Antonia López Cazorla.
Con tres o cuatro meses llega a Temsias, donde aún reside, pasando una infancia "muy bonita y jugando con los otros niños del barrioyendo a la escuela donde cada año tenía un maestro nuevo" y ayudando a su familia en la agricultura y guardando las cabras.
Durante su adolescencia comenzó a trabajar en la construcción y su primer sueldo fue de una peseta y media. Cada semana llegaba a su casa con 12 pesetas en el bolsillo.
En 1936, con el inicio de la Guerra Civil Española, Pepito tuvo que ir al frente a luchar, permaneciendo dos años y medio en primera línea pasando momentos muy duros. Después de la guerra terminó, regresó a Temisas con 25 años y, aunque le pagaron durante diez meses un subsidio por ir al frente, empezó a trabajar de nuevo, participando en la construcción de la carretera de Los Hoyos, en Telde, que va de Marzagán a Tafira.
Con 30 años se casa con Sebastiana Pérez Pérez del barrio temisero de La Inmaculada y continuó trabajando en la construcción de tanques de abasto de Agüimes y Montaña Los Vélez, especializándose como peón para poder trabajar durante más tiempo.
Pepito, que tiene 7 hijos, 14 nietos y 5 bisnietos, continúa viviendo en su casa de toda la vida, aquella que lo vio de bebé y, hoy en día, se entretiene y pasa el tiempo haciendo figuras de rafia, casitas de caña y cestería, manteniendo activa su memoria, psicomotricidad y ganas de vivir.