16 de abril de 2017

El IES Joaquín Artiles de Agüimes figura en el informe de la Consejería de Educación sobre los centros canarios con fibrocemento

Imagen de archivo
Domingo, 16 de abril.

La Provincia
Al menos 53 centros públicos de Canarias, entre los que se cuentan el IES Joaquín Artiles de Agüimes, tienen fibrocemento en sus instalaciones. Si embargo, la Consejería de Educación no descarta que haya amianto  en más colegios e institutos de las islas y está estudiando cómo retirar el material de manera progresiva y segura, tanto para el alumnado como para el resto de la comunidad educativa ya que se trata de un elemento perjudicial para la salud y que está considerado como cancerígeno.
Según un informe de la Secretaría Técnica de la Consejería de Educación y Universidades del Gobierno de Canarias al que ha tenido acceso La Provincia en relación a los acuerdos adoptados con la Federación Canaria de Municipios (FECAM), en su comisión de educación se presentó un documento en el que figura parte del contenido del plan de mejora de la seguridad y salubridad de los centros educativos del archipiélago en los que se ha detectado la presencia de fibrocemento en sus instalaciones.
Este documento establece la necesidad de acometer obras de mejora en las instalaciones eléctricas de determinados centros en función de los informes emitidos por los organismos de control autorizados en Canarias gracias a los cuales se ha detectado la presencia de este material. También se fija la necesidad de realizar aquellas obras de adaptación que sean pertinentes para el cumplimiento de los planes de autoprotección, garantizando en todo momento la seguridad de toda la comunidad educativa de cada centro con la apertura de puertas hacia el exterior de los edificios o, incluso, la creación de nuevas puertas de emergencias en los centros.
En ese plan de mejora también se establece la obligatoriedad de ejecutar obras referidas a deficiencias estructurales, sobre todo en techos, forjados y cerramientos de los inmuebles, así como en los muros de contención de los mismos. El fibrocemento también está presente en algunos baños y vestuarios, algo que se habrá de acatar, según Educación, según su estado de deterioro.
La sustitución de los materiales con contenido de amianto donde sea necesario se realizará atendiendo a la normativa de seguridad vigente, a través de técnicos especializados, con vestimenta y protección adecuadas. En cualquier caso, señala el Gobierno de Canarias, estos materiales "no revisten peligrosidad si no se manipulan". El informe expone de esta forma que "la retirada se realizará de manera progresiva siempre atendiendo a criterios técnicos, dentro de la capacidad presupuestaria" de la Consejería de Educación. La partida presupuestaria "no está calculada" para este fin, ya que cada actuación "conlleva un protocolo a seguir y las soluciones técnicas pueden ser distintas", así como también puede ser diferente la retirada de los elementos, su aislamiento o su encapsulamiento.
La cantidad de centros afectados varía en función de las islas. Así, del total de 53 instalaciones educativas afectadas en Canarias, 17 están en Tenerife, 16 en La Palma, 14 en Gran Canaria, 3 en La Gomera, 2 en El Hierro y 1 en Lanzarote. El documento aglutina a centros donde su presencia está clara, pero Educación apunta que puede haber amianto en otros centros, en cuyo caso "también se actuaría en función de las soluciones aportadas por los técnicos" de la consejería.
El fibrocemento (también llamado asbesto o uralita como nombre comercial) es un material que se utiliza en la construcción. Técnicamente está formado por una mezcla de un aglomerante inorgánico hidráulico (cemento) o un aglomerante de silicato de calcio que se forma por la reacción química de un material silíceo y un material calcáreo, reforzado con fibras orgánicas, minerales o fibras inorgánicas sintéticas.
Los minerales de fibrocemento tienen fibras que son muy resistentes, que se pueden separar, son flexibles y resisten altas temperaturas. Debido a todas estas características se ha usado en una gran variedad de productos manufacturados, sobre todo en materiales de construcción: tejas, baldosas, azulejos... El fibrocemento se emplea de manera principal para el revestimento de una gran cantidad de estructuras.
En España comienza a utilizarse este tipo de materiales sin ningún control a partir de los años 40. Sin embargo, su uso no se extendió hasta la década de los 70 con el boom industrial y la construcción. En el año 2001 se prohibe totalmente su utilización por considerarse peligroso para la salud. De esta forma, muchos de los edificios que se construyeron entre 1965 y 1984 contienen amianto, ya sean elementos concretos de las construcciones o parte de sus instalaciones.
Si los productos que contienen fibrocemento se mueven por cualquier causa, fibras pequeñas de asbesto  se desprenden y viajan por el aire. Cuando son inhaladas se alojan en los pulmones y su eliminación es prácticamente imposible. Con el paso del tiempo, las fibras pueden acumularse y causar cicatrices e inflamación, lo que puede dificultar la respiración y llevar a serios problemas de salud.
Además, este tipo de material ha sido clasificado como un cancerígeno por diferentes organismos, entre los que se encuentran el Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos, la Oficina de Protección Ambiental y la Oficina Internacional para la Investigación del Cáncer. Según sus propias investigaciones, la exposición prolongada al producto puede incrementar el riesgo de cáncer de pulmón y de mesotelioma (cáncer poco común del revestimiento delgado del pecho y del abdomen).
Además de cáncer de pulmón y del mesotelioma, algunos estudios indican que existe una relación directa entre la exposición al asbesto y el cáncer colorrectal y el cáncer gastrointestinal, así como un riesgo mayor de padecer cáncer de garganta, de riñón, esófago y de vesícula biliar.
Desde algunos municipios de las islas, con centros incluidos en el informe de la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias, se ha anunciado que pedirán más información en los plenos de cada ayuntamiento, pues "lo más importante es que se informe con tranquilidad y transparencia para evitar la alarma en la comunidad educativa" y, asimismo, "extremar las precauciones y proceder a su retirada bajo el protocolo correspondiente en el plazo de tiempo más corto posible", pues el amianto que compone el fibrocemento "en principio, solo es tóxico cuando es manipulado de una manera indebida".