1 de julio de 2017

La congregación Teresiana de Agüimes se marcha después de 20 años

Sábado, 1 de julio.

La Hermana Pilar Ramírez (i), de la congregación de las Teresianas
de Agüimes, tras participar en el programa "La Plaza de la Iglesia"
La Provincia
La comunidad Teresiana que reside en Agüimes desde hace 20 años dirá adiós al municipio el próximo día 20 para incorporarse a sus nuevos destinos, algunos en la isla y otros por la geografía peninsular como Huelva y Sevilla.
Por este motivo, la Parroquia de San Sebastián de Agüimes rendirá esta tarde, a las 19.00 horas, un homenaje a las cinco religiosas con una misa de acción de gracias que servirá de despedida oficiosa de toda la comunidad.
La Hermana Pilar Ramírez asegura que "nos vamos con bastante dolor porque hemos creado un gran lazo con Agüimes", aunque sienten una gran satisfacción "por ver el cariño, la cercanía, la amistad" que se ha creado con los vecinos. "Convivir con la gente de Agüimes ha sido un regalo para nosotras, añade, pues hemos hecho muchas amistades y nos encontramos como si fuéramos de aquí".
La noticia de la marcha de las monjas ha sido sentida con tristeza por la feligresía de las parroquias de San Sebastián de Agüimes y San José Obrero del Cruce de Arinaga. "La comunidad, señala la Hermana Pilar Ramírez, no se va del municipio por problemas de ningún tipo con la fundación que gestiona el Colegio Nuestra Señora del Rosario, sino que responde a una reestructuración  de obras que está realizando la congregación".
Las Teresianas llegaron a Agüimes por primera vez en 1995 para colaborar con el colegio por el que antes habían pasado los Hermanos de La Salle, las Carmelitas y las Dominicas. Al principio se desplazaban cada día desde Las Palmas de Gran Canaria, pero dos años más tarde la fundación que gestiona el centro educativo habilitó la vivienda en la que han residido hasta ahora.
Desde entonces se han encargado de coordinar el departamento de Pastoral del colegio y a apoyar las labores educativas durante algunos cursos académicos, así como a participar, primero en la vida de la Parroquia de San Sebastián y, posteriormente, también en la de San José Obrero.