Martes, 19 de octubre.
Las preguntas sin respuestas son numerosas en relación a la muerte violenta de Roberto Torres Pastor, un joven de 28 años, vecino de Arinaga, que fue descubierto gravemente herido el pasado 7 de octubre en una paraje natural y boscoso, cerca del Río Ródano, en la localidad de Soyons, al sur de la ciudad de Valence, en el departamento de Ardèche, en Francia.
Hasta el momento no se ha hecho público que pudiera haber algún sospechoso o detenido en relación al caso, ya que la única información que ha trascendido a los medios de comunicación franceses es que los investigadores señalan que Roberto Torres fue golpeado con un objeto contundente mientras dormía en su tienda de campaña y que pudo haber recibido hasta una treintena de golpes, la mayoría de ellos en la cabeza.
Los agentes de la Policía Judicial de Valence mantienen la hipótesis de que el crimen tuvo dos escenarios, la tienda de campaña y el exterior de la misma, a cientos de metros de distancia, exactamente en el camino en el que fue descubierto el herido por un vecino que paseaba con su perro, según señaló el periódico local Le Dauphiné Liberé.
En los dos sitios había rastros de sangre, aunque las fuentes oficiales no han aclarado si es solo del fallecido o también de otra persona.
Lo cierto es que la policía encontró la tienda de campaña y la bicicleta del joven de Arinaga, que estaba afincado en los Países Bajos, donde trabajaba en DPD, una empresa especializada en la entrega de paquetería, aunque no han hallado en el lugar del crimen y sus alrededores ni la cartera, ni la documentación de Roberto Torres, ni el arma homicida, según la información publicada por el citado diario francés.
El joven, que solo vestía una camiseta cuando fue descubierto herido, era una fanático de las rutas en bicicleta y pretendía viajar desde los Países Bajos a España por los itinerarios más adecuados.
El lugar en el que se encontró a Roberto Torres sobre un charco de sangre se encuentra en una zona muy tranquila, rodeada de naturaleza y frecuentada por pescadores, caminantes y deportistas.
El hombre que encontró al joven de Arinaga, que responde al nombre de Michel, pensó que "estaba muerto. Le toqué el hombro y empezó a moverse. Estaba gimiendo. Vi su mirada que me estaba pidiendo ayuda", manifestó a Le Dauphiné Liberé. "Su rostro, añadió, estaba deforme, el cráneo estaba hundido y presentaba heridas en los dos brazos, incluidas dos profundas. Alerté y esperé la ayuda para guiarlos".
Sin embargo, Roberto Torres pereció horas después en un centro hospitalario de Valence al que fue trasladado por la gravedad de las heridas.
La población de Soyons, cercana al lugar donde encontraron al joven, ha realizado ya varias concentraciones en homenaje a Roberto Torres, reuniéndose más de 300 personas en una "marcha blanca" entre las que se encontraban también las máximas autoridades de la localidad, que depositaron flores y guardaron un minuto de silencio en memoria del joven de Arinaga.
Asimismo, ayer, dos días después de la "marcha blanca" organizada por el Ayuntamiento de Soyons, se celebró una misa en la Iglesia de la Asunción de la localidad francesa.
