7 de marzo de 2023

Los Letreros de Balos, cincuenta años desde su declaración como Bien de Interés Cultural

 Martes, 7 de marzo.

Un momento de la visita a Los Letreros de Balos
Prensa Agüimes

El Lomo de Los Letreros, en el Barranco de Balos, cumple 50 años desde su declaración como Bien de Interés Cultural (BIC), razón por la que el Cabildo de Gran Canaria y el Ayuntamiento de Agüimes celebraron este pasado sábado una visita guiada y el descubrimiento de una placa conmemorativa en el yacimiento, el mayor complejo de arte rupestre al aire libre de Canarias.
Este afloramiento rocoso, que emerge en el cauce del Barranco de Balos, en la confluencia de los de Temisas y el de Las Pilas, a unos 200 metros sobre el nivel del mar y a unos 6 kilómetros de la costa de Arinaga, es una pared de unos 600 metros de largo por 20 de ancho en el que se localizan 49 paneles que reúnen la práctica totalidad de tipologías de grabados indígenas conocidos hasta el momento en las islas.
Abundan los grabados alfabetiformes, signos de escritura líbico-bereber; los pictogramas, grabados figurativos de representaciones antropomorfas y zoomorfas, en los que las figuras humanas presentan rasgos singulares como la exageración de los dedos y de los órganos genitales, el esboza de vestimentas y tocados, y las figuras de animales parecen representar lagartos creados a partir de un trazo principal, un tronco, cortado por líneas perpendiculares a modo de extremidades; y los grabados geométricos, representaciones abstractas de motivos variados como círculos, semicírculos, óvalos, lineas rectas y serpentiformes, puntos y triángulos, entre otros.
En cuanto a las técnicas de elaboración, la más frecuente es el picado superficial de la roca, que se debió haber realizado con instrumentos de piedra de punta roma, y en ocasiones algunos de los surcos son abrasionados a fin de regularizar su recorrido, mientras que en menor proporción se utiliza la incisión y el raspado.
El conjunto de paneles de Balos constituye el yacimiento con más cantidad y mayor diversidad de manifestaciones rupestres al aire libre asociadas a la población de los antiguos canarios, y a pesar de esta seriamente alterados por la acción humana y la exposición a los agentes erosivos, los petroglifos siguen aportando información muy valiosa sobre la cultura aborigen.
Todo apunta a que el Lomo de Los Letreros fue un lugar escogido por su singularidad paisajística para la confluencia de personas procedentes de diferentes asentamientos que llevarían a cabo en este espacio prácticas culturales o mágico-religiosas, cuyas manifestaciones más duraderas habrían sido los grabados que hoy conocemos.