Lunes, 17 de julio.
Redacción
Lidl continúa trabajando por alcanzar los objetivos de su estrategia contra el cambio climático a través de medidas concretas que le han convertido en una compañía pionera dentro del sector de la distribución en el impulso de acciones de sosteniblidad.
De hecho, la cadena de supermercados promueve prácticas responsables en todos los ámbitos de negocio, generando así un valor compartido a la sociedad canaria, entre las que se encuentran la construcción eficiente, la lucha contra el desperdicio alimentario o su iniciativa REsetPlastic, entre otras.
Con el objetivo de reducir las emisiones de carbono en sus centros de trabajo, Lidl desarrolla proyectos de eficiencia energética que le ayudan a disminuir el consumo y las emisiones nocivas para el planeta.
Actualmente, la compañía ya cuenta con cercad de 40.000 metros cuadrados de placas fotovoltaicas en Canarias, de las que 16.000 metros cuadrados están en la provincia de Las Palmas, instaladas en varios de sus establecimientos y en sus dos plataformas logísticas, una de ellas en la zona industrial de Arinaga.
Lidl ha intensificado en los últimos cuatro años su apuesta por este tipo de energía en sus tiendas de Las Palmas, multiplicando por 16 la superficie ocupada por placas solares, pasando de los 1.000 metros cuadrados en 2019 a los 16.000 metros cuadrados actuales, y su objetivo es seguir ampliando esta instalación en los establecimientos que vaya inaugurando en el futuro.
Algunas de las tiendas con instalaciones fotovoltaicas en sus cubiertas se localizan en Gran Canaria y Fuerteventura, así como en el almacén regulador que la compañía tienen en el Polígono Industrial de Arinaga, lo que le permite generar entre el 20 y 30% del consumo energético de cada establecimiento.
Asimismo, en su estrategia de contribuir a la reducción de emisiones de CO2 y de fomentar los desplazamientos de las personas que usan vehículos eléctricos, Lidl cuenta también con una red para la recarga en Canarias con más de cuarenta puntos repartidos en varios de sus establecimientos y de uso gratuito para su clientela.
Desde su llegada a las islas en 2010, Canarias se ah convertido en una región estratégica para el desarrollo del plan de sosteniblidad de la compañía, donde Lidl implementa nuevos proyectos con el fin de analizar su posterior aplicación en el resto de comunidades.
Así lo ha hecho, recientemente, con el lanzamiento de su bolsa antidesperdicio, un pack disponible por tres euros que contiene frutas y verduras que, o bien no cumplen los estándares estéticos convencionales a pesar de ser totalmente aptas para el consumo, o que forman parte de envases que han sufrido algún tipo de desperfecto sin dañar la calidad del producto.
El proyecto se implantó en Canarias a finales del pasado año en ocho de sus tiendas, una cifra que se ha incrementado hasta estar disponible en sus 35 establecimientos del archipiélago, lo que le ha permitido dar salida a más de 20.000 kilos de frutas y verduras y, tras el éxito cosechado, la cadena decidió desplegar esta iniciativa al resto de sus tiendas por todo el país.
Además, Lidl ha puesto en marcha en los últimos meses, primero en las islas y después en el resto de regiones, otras medidas contra el desperdicio alimentario ofreciendo panes del día anterior con un 50% de descuento, aplicando el mismo porcentaje en el último día de caducidad de artículos frescos como la carne, el pescado, yogures, quesos o ensaladas y un 30% en su surtido de congelados y secos cuando se trata de artículos próximos a su fecha de caducidad o consumo preferente.
todas esta medidas se suman a las múltiples iniciativas que la cadena lleva a cabo desde años en su compromiso de reducir el desperdicio alimentario en un 30% hasta 2025 y en un 50% hasta 2030.
Por otra parte, REsetPlastic es la estrategia internacional que Lidl lleva impulsando desde hace años para la gestión del plástico, reduciéndolo o eliminándolo y apostando por materiales alternativos para minimizar así su impacto medioambiental.
En 2018 se convirtió en el primer supermercado en eliminar las bolsas de plástico de la compra y sustituirlas por unas de rafia, mientras que un año más tarde eliminó también, de manera pionera, las bolsas de plástico de la sección de frutas y verduras reemplazándolas por bolsas conpostalbes.
En 2020, todas sus tiendas de Canarias disponían de bolsas de malla para fruta y verdura como alternativa más sostenible para el transporte de estos productos y, desde finales de 2022 ya no vende artículos de plástico de un solo uso, lo que ha supuesto una reducción de más de 65 toneladas de este material.
Finalmente, cabe destacar que la cadena de supermercados también tiene activa una opción en su aplicación Lidl Plus para que su clientela pueda renunciar a imprimir el ticket de compra en formato papel y disponer exclusivamente del mismo en su versión digital como garantía de compra.