23 de diciembre de 2016

Artículo de colaboración: La Luz de la Navidad vino de Oriente cargada de refugiados, hambre y pobreza

Viernes, 23 de diciembre.

Antonio Estupiñán*
Indudablemente, en estas entrañables fiestas de la llegada del Niño Dios, en el siglo XXI en que nos encontramos vienen cargada de regalos en las ya tradicionales fiestas navideñas; del Año Nuevo culminando con la llegada de los tres Reyes Magos de Oriente, donde muchos se preguntan: "¿a quién le dejan los Reyes Magos los regalos?" Desgraciadamente, en estas memorables fechas resulta poco agradable exponer los justos criterios y opiniones para aquellos que sufren y malviven, que son los que desconocen de verdad todos estos eventos festivos, donde entra por puerta grande los clásicos despilfarros y gastos innecesarios con motivo de estas importantes fechas de la Pascua del Señor y, en contrasentido, se mancha la pura realidad de los que sufren y observan con impotencia el don que les ha dado la vida, marcado por una sola palabra: necesidad.
El año que está a punto de terminar ha sido quizás un año trágico para decenas de millares de familias refugiadas, especialmente mujeres, ancianos y niños, que huyen de las guerras y de la miseria de sus países de origen buscando en otras naciones un poco de paz, tranquilidad y, sobre todo, del ansia por seguir viviendo acarreando consigo mismo las fatales consecuencias del hambre y sus escasos medios de hábitat.
Según las estadísticas, en este 2016 cerca de 5.000 refugiados fallecieron en el Mediterráneo, donde sobresalen cientos y cientos de niños que buscaron la libertad y encontraron la muerte. Mientras tanto, al acercarnos por estas fechas de la Pascua de Dios, que se celebran con jolgorio en la mayor parte de nuestro planeta las tumultuosas fiestas y regalos, nos encontramos con el reverso de la moneda a nuestro pobres desfavorecidos que luchan por seguir intentando llegar a buen puerto, que no logran muchos y mueren en el intento. ¿Dónde están los gobernantes de las naciones civilizadas que no solucionan este problema? ¿Qué pasará en 2017?
Criterio aparte, no podemos olvidarnos de nuestra tierra canaria, donde miles de familias los están pasando mal y donde muchos niños no tienen un pedazo de pan que llevarse a la boca. Hemos sido testigos de familias y niños rebuscando entre contenedores de basura la posibilidad de encontrar algún producto caducado para poder cubrir sus precarias necesidades. Es verdad que hay muchos colectivos, asociaciones y particulares que recolectan alimentos para estos necesitados, pero apenas cubren una parte de estas familias. Y, las demás, ¿qué? Agradecemos la solidaridad de todos aquellos que trabajan por dar a nuestras familias en situación límite un poco de comida. Reiteramos, una vez más, nuestra solidaridad para los millares de familias, especialmente niños, que malviven y no tienen que comer en nuestra tierra canaria. Contribuyamos humanamente en pro de nuestros humildes paisanos y, así, la Luz de la Navidad te premiará porque tú has cumplido para con los necesitados en mitigar su hambre.
*Antonio Estupiñán es ex-decano de los corresponsales de la prensa escrita en Gran Canaria y colaborador en medios digitales. (www.antonioestupinan.com)