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| Leticia Romero y Anna Cruz sostienen el trofeo (Foto: Agencia LOF) |
Redacción
La selección española de baloncesto, con la agüimense Leticia Romero, que disputó 1.30 minutos de partido, se proclamó ayer campeona del Eurobasket y logró su tercer oro en este torneo continental tras un memorable partido ante Francia, a la derrotó en la final con más facilidad de la prevista (71-55).
El conjunto español aguantó el arranque del partido, que Lucas Mondelo avisó que plantearía como una guerra de guerrillas, y que se desarrolló con un guión muy ordenado, hasta los últimos instantes del segundo cuarto, cuando se rompió.
Ya en el arranque del encuentro empezó a despuntar una incisiva Alba Torrens, que en los diez minutos iniciales anotó 10 puntos, seis de ellos de triple, y acabó como segunda máxima anotadora (18 puntos).
Francia trató de copiar el estilo de juego de la selección española, pasando a una defensa individual para tratar de frenar el fluido ataque de las rivales, que hacían circular bien el balón. España era la que llevaba la iniciativa y el juego y Francia tiraba de virtuosismo y algo de acrobacia, sobre todo en las internadas de su base Olivia Epoupa.
Las de Mondelo empezaron a marcar claramente su ritmo en el segundo cuarto, con una Sancho Lyttle que le complicaba en exceso la vida a Helena Ciak, que se quedó en cuatro puntos, y Endene Miyem. El cerrojo español fue en aumento, algo por lo que se han distinguido en este campeonato, y tras rápidas transiciones parecía que podían irse en el electrónico. Pero las jugadoras españolas no lo aprovecharon y las galas empezaron a tirar desde el perímetro para tratar de acortar distancias.
El tercer cuarto fue una exhibición de España, con un parcial de 17-10, con robos de balón y contraataques fulminantes, mientras que la torre de Ciak acumulaba faltas personales y su equipo se quedó un buen rato estancado en el marcador.
En el tramo final, España se gustó y empezó a disfrutar de su juego, llegando a alcanzar una diferenciad de 20 puntos en el marcador que terminó por otorgarle su tercera corona continental.
