El joven windsurfista Philip Köster (G-44), que navega con bandera alemana, se consagró ayer, en las aguas de Pozo Izquierdo, al ganar la modalidad de olas del Gran Canaria Grand Slam 2009.
Philip Köster, con tan sólo 15 años, asombró a propios y extraños por el altísimo nivel que exhibió ayer, bajo unas condiciones muy duras y no aptas para muchos regatistas.
La prueba de Pozo Izquierdo se despidió a lo grande con la celebración de las finales de olas, donde la lucha por el título entre Víctor Fernández y Philip Köster elevó el listón con maniobras que hacía años no existían y surfeadas imposibles.
Fernández lo dio todo y se entregó al máximo, pero enfrente tenía un potencial difícil de parar, considerado ya como el futuro, el relevo generacional y la próxima estrella mundial del windsurf.
El desparpajo de Köster en el agua choca con su gran timidez en tierra. El joven, de padres alemanes pero nacido y criado en la playa agüimense de Vargas, se sentía abrumado por el éxito.
Poco a poco fue asimilando lo que había hecho, "las mismas maniobras de siempre", afirmaba mientras recibía la felicitación de todo el circuito. "Estoy súper contento", reconocía a pie de playa, donde agregó que se sentía "muy bien después de ganar a Víctor en la final de la eliminatoria Simple y ahora en la Doble".
"Las condiciones han sido ideales para mí, el material estaba también perfecto y caí bien en casi todas las maniobras, además de hacer las surfeadas muy largas", dijo Köster, quien derrotó al ganador de las tres últimas ediciones de Pozo Izquierdo.
Philip Köster, con tan sólo 15 años, asombró a propios y extraños por el altísimo nivel que exhibió ayer, bajo unas condiciones muy duras y no aptas para muchos regatistas.
La prueba de Pozo Izquierdo se despidió a lo grande con la celebración de las finales de olas, donde la lucha por el título entre Víctor Fernández y Philip Köster elevó el listón con maniobras que hacía años no existían y surfeadas imposibles.
Fernández lo dio todo y se entregó al máximo, pero enfrente tenía un potencial difícil de parar, considerado ya como el futuro, el relevo generacional y la próxima estrella mundial del windsurf.
El desparpajo de Köster en el agua choca con su gran timidez en tierra. El joven, de padres alemanes pero nacido y criado en la playa agüimense de Vargas, se sentía abrumado por el éxito.
Poco a poco fue asimilando lo que había hecho, "las mismas maniobras de siempre", afirmaba mientras recibía la felicitación de todo el circuito. "Estoy súper contento", reconocía a pie de playa, donde agregó que se sentía "muy bien después de ganar a Víctor en la final de la eliminatoria Simple y ahora en la Doble".
"Las condiciones han sido ideales para mí, el material estaba también perfecto y caí bien en casi todas las maniobras, además de hacer las surfeadas muy largas", dijo Köster, quien derrotó al ganador de las tres últimas ediciones de Pozo Izquierdo.