Martes, 27 de septiembre.
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Antonio Morales, ayer, durante sus manifestaciones ante los medios |
Redacción
El Presidente
del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, calificó hoy de “peligrosamente irresponsables",
"absolutamente falsas" y de “insensatez mayúscula” las declaraciones del consejero Pedro
Ortega y el Presidente de Puertos del Estado, José Llorca, al alertar del
supuesto perjuicio del rechazo del gas en Gran Canaria cuando, lo cierto, es
que en España están cerrando las plantas de gas y pidiendo indemnizaciones
millonarias porque las renovables son mucho más competitivas, 89 euros la
producción de cada megavatio hora frente a los más de 200 que cuesta con
fósiles, incluido el gas.
“Por tanto, mienten descaradamente”, aseveró Morales, quien reconoció que le da “mucha rabia” que no defiendan la penetración de las energías
limpias con tanta “vehemencia”
como defienden la entrada del gas, que no haría más que frenar la entrada de
las renovables, garantizó.
Se
trata de inversiones millonarias para diques, contradiques, instalaciones para
gas ciudad en las casas, en los hoteles; más de 300 millones en cada isla
capitalina, prosiguió, y ello no se puede hacer si no es con garantía de
amortización, por lo que una vez que la administración autoriza la concesión,
después denuncian y piden indemnizaciones si por dejar entrar a las renovables
se les daña el negocio, como pasa en la actualidad, con los 400 millones que
reclama al Estado Gas Natural.
Morales
recordó que, casi al inicio del mandato, el Gobierno canario aseguró que
respetaría la libre decisión de Gran Canaria de no querer gas, pero aun así “no cesan de lanzar la consigna de que se
frenará la competitividad de Gran Canaria frente a Tenerife”. Sin
embargo, es un “mensaje falso,
torticero y recurrente, machaconamente recurrente, digno de los mejores agentes
comerciales de las compañías gasistas”, que “cada cierto tiempo recrudecen los embates” para presionar al
Cabildo de Gran Canaria y crear un estado de opinión en su contra.
“Produce una enorme desazón comprobar cómo muchos servidores públicos
dan la sensación de que están al servicio de determinados grupos de poder
económicos. De que son pretendidamente defensores del interés general pero que
su verdadero objetivo es enquistarse en las instituciones para favorecer
intereses privados”, aseguró.
Especialmente
dañino consideró que Ortega, que “forma
parte de la cuota grancanaria del gobierno”, anime “imprudentemente a
los empresarios a invertir en una isla frente a otra” cuando dijo que si fuera
“empresario interesado en invertir lo haría en la que dispone de energía más
barata” en referencia a Tenerife por sus planes de tener regasificadora, cuando
además no es cierto que sea más barata, reiteró, ya que lo es más del doble la
energía renovable, con lo cual “el
consejero miente”, como lo hizo al anunciar en enero que Canarias
alcanzaría una cuota del 21 por ciento de penetración de las energías limpias,
y sigue en el 8 por ciento.
Este
fin de semana se sumó, continuó el Presidente de Gran Canaria, el máximo
responsable de Puertos del Estado “con
una gran logo de Disa detrás e invitado por la Asociación para el Progreso de
la Dirección que preside José Carlos Francisco, exconsejero de CC y presidente
de la Confederación de Empresarios de Tenerife”.
A
Llorca, “obstruccionistas del
desarrollo del Puerto de Las Palmas frenando inversiones e incentivos como
denunció Ibarra, le entra ahora un cariño inmenso por el puerto grancanario y
afirma que si el archipiélago quiere ser base logística en el Atlántico medio
debe pasarse al gas porque el futuro del transporte marítimo va a pasar por el
gas”, una afirmación con la que también “miente descaradamente”. Y ello, detalló, porque:
1.-
No es necesaria una regasificadora ya que las cargas y descargas de Gas Natural
Licuado (GNL) se hacen en estado líquido (-160º aproximadamente, reduciendo su
volumen +/- 600 veces respecto al gas no licuado), que es como lo requiere el
barco para su consumo.
2.-Porque
cada puerto puede tener su base logística apoyada en barcos regasificadores
autónomos para suministrar gas en altamar o en el propio puerto. No es
necesaria, por tanto, ninguna planta. Luis Ibarra, presidente de Puertos de Las
Palmas, ya ha declarado que La Luz está preparada para abastecer gas
licuado a los barcos que lo requieran como combustible, que se podrá reforzar
esta infraestructura, y que para dar este servicio no se requiere ninguna
planta regasificadora.
3.-
Porque si los precios del gas y del crudo siguen referenciados, los expertos
aseguran que, dado el alto coste para adaptar los barcos al gas y dado que los
rendimientos de los motores solo para gas no están probados, el fuel pesado
seguirá siendo lo más usado y el uso del gas solo llegará en los próximos años
al 5 por ciento.
Tanto
es así, que de prosperar la regasificadora de Granadilla, los barcos repostarán
igualmente en Santa Cruz de Tenerife, “¿o
van a construir una segunda regasificadora en la capital para abastecer los
barcos? No, y lo saben
perfectamente el presidente de Puertos del Estado, el presidente Clavijo y el
consejero de Industria: ni el Puerto de Santa Cruz ni el de Las Palmas quedarán
atrás en el abastecimiento de estos buques porque nada tiene que ver con el
proceso de regasificación”.
De
hecho, la directiva europea no cita ni en una sola ocasión la palabra
regasificadora, pero “mienten para favorecer intereses empresariales que no
corresponden al interés general, Gran Canaria no va a perder ninguna posición
en el mercado marítimo internacional por este asunto”, y es más “este hecho nada tiene que ver con
introducir este hidrocarburo en el consumo doméstico e industrial de Gran
Canaria y menos todavía con la construcción de una regasificadora”.
Por
todo ello, “ratificamos la firme
decisión de que Gran Canaria apueste por desarrollar fuentes energéticas
limpias que diversifiquen el tejido industrial frente a los monopolios, que
promuevan el empleo y la creación de pequeñas y medianas empresas, que no
contaminen, que sean dirigidas en exclusividad por las instituciones y la sociedad
y que sus beneficios se queden en las Islas”, sentenció.
Asimismo
la dependencia energética obliga a sufrir la inestabilidad de los mercados y
los conflictos internacionales, precios desorbitados para la población, y a
seguir contaminando el planeta, por lo que el Cabildo de Gran Canaria luchará
por sentar las bases de una transición energética hacia las limpias como fuente
principal, tal como mandata la ONU o hacen países como Costa Rica, que ha
estado más de 70 días abastecida de renovables, o Noruega, con un claro
objetivo de avanzar hacia el 100 por cien, todo ello “ejemplos que nadie puede desmentir” y que demuestran que las
renovables “técnica y socialmente
están ya fuera de toda duda en relación a su viabilidad y beneficios”.
Lamentamos “que este objetivo sea sistemáticamente
cuestionado por los mismos monopolios y administraciones responsables de la
nefasta situación energética que tenemos en Canarias”, una tierra que
cuenta con biomasa endógena, aerotermia, energía mariomotriz, geotermia, viento
y sol para forjar un mix que le permita su autonomía energética. “No valen divagaciones. Ni improvisaciones.
Ni mentiras. Ni medias verdades. Ni trampas. Ni retrasar las soluciones”,
concluyó.
Por su
parte, el Consejero de Economía, Industria, Comercio y Conocimiento del
Gobierno de Canarias, Pedro Ortega, aseguró ayer en una entrevista en Onda Cero
que "no"
tolerará que se "cuestione su
lealtad a Gran Canaria y Canarias" como consecuencia del debate
sobre el gas y ha cifrado el ahorro para las islas de hasta 306 millones de
euros anuales en caso de ponerse en marcha las regasificadoras, tanto en Gran
Canaria como en Tenerife.
"Respeto a Antonio Morales como Presidente del
Cabildo de Gran Canaria y como persona, pero no puedo entender y no voy a
permitir que se cuestione mi lealtad a Gran Canaria y Canarias. Todo lo que
digo, añadió, lo digo en base a la lealtad, al cariño a
mi tierra y en defensa de los intereses de Canarias".
Para el
consejero, que en el momento de realizar estas declaraciones aún no conocía las
de Antonio Morales, "lo que
faltaría es que no pudiera dar mi opinión. Respeto que el Cabildo de Gran
Canaria no quiera el gas, pero otra cosa es que yo me alinee con ello.
Descartar el gas no lo idóneo ni para Gran Canaria ni para Canarias",
sentenció.