12 de noviembre de 2017

Cuando Canarias tuvo su propio satélite en el espacio

Domingo, 12 de noviembre.

Vista actual de la estación de Piletas, en La Goleta
ABC
El papel de Canarias en el apoyo que España prestaba en los años sesenta del pasado siglo a Estados Unidos en su carrera espacial ante la Rusia de aquella época generó que el nombre de las islas llegasen alto. No solamente fue en la llegada del hombre a la Luna en 1969. Desde muchos antes las islas estaban en el centro de la cooperación entre Madrid y Washington.
Antes de la llegada del hombre a la luna, se creó una red de satélites de comunicaciones para dar cobertura mundial a las cadenas de televisión y operadores de telefonía al negocio de acontecimientos internacionales y la propia telefonía.
Uno de los artefactos que la NASA colocó en el espacio fue el Intelsat II F-3, públicamente llamado el Satélite Canarias, según una de las memorias oficiales de la NASA de aquella época a la que ha tenido acceso ABC, por dos razones: prestaba servicio en el Atlántico y se controlaba, en buena parte, desde la base de Intelsat en Agüimes.
Se trataba de uno de los satélites más importantes promovidos por la NASA en cuanto a su función para dar cobertura de televisión. Un vídeo de la BBC con una canción de The Beatles, que ahora se puede ver en YouTube, fue la primera emisión que se hizo y en la que trabajaron 10.000 técnicos.
En 1968, México acogía los Juegos Olímpicos y Estados Unidos observaba las competiciones deportivas como un argumento más para mostrar su músculo y poder audiovisual a través de su red en órbita geoestacionaria. Y también porque pocos meses después debía dar apoyo a las emisiones desde la Luna de la llegada del hombre.
El Comité de Designación de Proyectos de la NASA acordó llamar a toda la red de satélites en fase de desarrollo como Proyecto Pegaso y, bajo ese paraguas, colocar una serie de nombres científicos. La gente no entendía tanto código y la agencia de noticias United Press International (UPI) se sacó de la manga uno: Canarias.
Siete años antes, mayor de 1960, Lloyd Jones, miembro del Comité de la NASA para nombrar proyectos espaciales y objetos, había sugerido un grupo de nombres para satélites de aplicaciones. El grupo de sabios optó por Relay, pero el problema era el mismo: siglas y números que confundían a la gente en su interés por conocer los proyectos espaciales estadounidenses.
En uno de los documentos de la época, a los que ha tenido acceso ABC, se señala que los satélites iban a ser llamados Explorer, según Julian W. Scheer, que era administrador auxiliar de Asuntos Públicos de la NASA, en un informe confidencial enviado a Raymond L. Bisplinghoff, administrador de Investigación Avanzada y Tecnología en julio de 1064.
Aunque no lo parezca, el nombre de un dispositivo de este tipo era clave para que, a efectos de diplomacia con los aliados de EE.UU., como España, se comprendiese bien entre la población norteamericana qué se hacía con sus impuestos. Y ganar la batalla de la opinión pública internacional.
Sin embargo, en la UPI, que tenía su gran red de comunicación abonados a sus servicios de noticias, aquello era caótico. Y siguió adelante llamando Canarias al artefacto. Tal era la cobertura de la UPI que los esfuerzos de los técnicos de la NASA quedaron en nada, pues ellos lo llamaban de una manera y la opinión pública de otra.
Lanzado en la primavera de 1967, operó en órbita geoestacionaria sobre el Atlántico, pasando la mayor parte de su vida útil en una longitud de 15 grados al oeste.
La nave espacial tenía una masa de 162 kilos y fue lanzado desde Cabo Cañaveral en 1967. Estuvo funcionando hasta 2014. En 1972 fue modificada su posición, pero volvió después al punto original sobre el Atlántico. Precisamente, el estar controlado parcialmente desde Canarias era el motivo de su nombre.
En una época en la que se puede enviar un vídeo de cumpleaños de forma instantánea por WhatsApp, hace solamente 50 años, los satélites de Intelsat transmitieron la primera cobertura de televisión internacional en directo. El posicionamiento de cuatro satélites, entre ellos el Canarias, brindó una cobertura global completa, lo que permitió transmisiones en 24 países en 22 idiomas diferentes. En un informe de la Casa Blanca de aquella época, al que ha tenido acceso ABC, se menciona en varias ocasiones el papel de la base de Agüimes, en Piletas (La Goleta), en el desarrollo de la cooperación entre España y Estados Unidos.
En abril de 1971, y siguiendo una política de expansión de sus enlaces intercontinentales, Telefónica lanzó las operaciones de estación terrenal de Agüimes, que trabajaba con los Intelsat desde el Atlántico. Además de dar cobertura al tráfico internacional, prestaba apoyo a las bases peninsulares en caso de avería. Esto permitió que TVE pudiera en Canarias dar emisiones en directo a las islas desde la península.