Antonio Morales*
El pasado miércoles día 12 de septiembre tuve el placer de presidir la inauguración en INFECAR del Taller de Consulta en España para la definición del Plan de Acción de Energías Renovables Marinas en el Atlántico. El evento estaba organizado por la Dirección General de Asuntos Marítimos de la Comisión Europea (DG MARE), en colaboración con el Cluster Marítimo de Canarias y la consultora Ernst&Young. Se seleccionó la capital de Gran Canaria como única localización española y el Cabildo de Gran Canaria lo patrocinó de manera decidida a través de la SPEGC, dependiente del área insular de Desarrollo Económico, Energía e I+D+i.
El principal objetivo de estos talleres era abordar los desafíos y oportunidades de las energías marinas renovables (ERM) en la cuenca del Atlántico y desarrollar las acciones concretas que se incluirán en la próxima versión del Plan de Acción del Atlántico. Se trataba de poner sobre la mesa iniciativas y acciones conjuntas y colaborativas viables con una dimensión transnacional y transectorial que apoyen el intercambio de conocimientos y mejoren las capacidades de competitividad e innovación. Acudieron para hacerlo posible 40 expertos de diez países europeos. Sin lugar a dudas, un logro del presidente del Cluster Vicente Marrero y su equipo que profundiza además en la búsqueda de encuentros entre lo público y lo privado para avanzar en la defensa de un modelo de desarrollo azul para nuestra tierra.
Y es que ese es el camino. Así lo hemos entendido desde un primer momento, porque la apuesta por el crecimiento azul es un elemento clave en nuestro programa de gobierno insular y porque la energía sostenible es uno de los ejes vertebradores del concepto que defendemos de “ecoisla”: todo un reto en una isla con 860.000 habitantes que necesita innovar para descarbonizar su modelo económico y energético en las próximas décadas.
El momento actual es crítico y oportuno para fijar metas de cara a 2030 para la UE y Canarias, por varias razones: porque se está negociando el horizonte de Europa para la primera mitad de la próxima década, porque se están fijando, además, las políticas europeas hacia la transición energética y, por último, porque se están preparando los fondos estructurales del período 2020-2027.
Por otro lado, la Unión Europea promovió el concepto de crecimiento azul como estrategia de crecimiento económico en los mares europeos. Todo ello en el contexto del cambio climático, la creciente escasez de recursos naturales, la mayor vulnerabilidad del planeta, el crecimiento de la urbanización y la concentración de población en las regiones costeras. Y, en este sentido, coincidimos plenamente en la orientación de la estrategia de crecimiento azul que busca, por una parte, fomentar el crecimiento inteligente a través de una economía basada en el conocimiento y la innovación y, por otra, impulsar el crecimiento sostenible mediante una economía más eficiente, más ecológica y más competitiva desarrollando así un crecimiento integrador con empleo de calidad.
Desde que iniciamos este mandato en el Cabildo grancanario fuimos conscientes de la importancia del crecimiento azul y del gran potencial de Gran Canaria para forjar desarrollo y diversificar nuestra economía impulsando y aglutinando a sus instituciones de I+D+i, la cualificación de sus recursos humanos, sus condiciones climáticas y sus incentivos fiscales. Sin embargo, también teníamos muy claro que no bastaba con tener un conjunto de potencialidades: necesitábamos construir, junto a diferentes actores, una “visión azul” innovadora y atractiva con el fin de generar actividad económica y empleo. En aquel momento detectamos grandes posibilidades para desarrollar sectores estrechamente relacionados: la biotecnología, el cultivo de microalgas y cianobacterias así como la acuicultura. Y nos pusimos manos a la obra para construir una “visión azul” compartida producto del trabajo colaborativo entre el Cabildo (Sociedad de Promoción Económica de Gran Canaria), la Universidad (Banco Español de Algas e Instituto Ecoaqua) y el Gobierno de Canarias (Instituto Tecnológico de Canarias).
Ahora bien, tampoco basta con el trabajo colaborativo si no somos capaces de ofrecer infraestructuras punteras e innovadoras que nos lleven a un punto de inflexión en el crecimiento azul de nuestra isla. Para hacerlo posible, el Cabildo de Gran Canaria ha buscado recursos financieros como por ejemplo: 10,5 M€ de los PGE del 17 y 18 para el desarrollo de la I+D+i, la mejora de equipamientos, la atracción de talento y empresas o el desarrollo de programas formativos y 4,1 M€ para el desarrollo de un Área Experimental de Empresas y una Incubadora de Alta Tecnología en la zona de Arinaga. Y hemos destinado en nuestros presupuestos partidas importantes encaminadas a hacer posible que nuestra isla se pueda convertir en vanguardia del desarrollo sostenible y la economía azul en las islas del mundo. Depuración, desalación, renovables, microalgas, acuicultura, reparaciones navales, turismo sostenible, deportes náuticos…
Por otro lado, también hemos mejorado el marco regulatorio de las actividades de acuicultura y cultivo de algas en tierra aumentando de manera muy significativa en el nuevo Plan de Ordenación Insular las zonas en las que pueden desarrollarse estas actividades. Y todo ello unido a la reciente aprobación del Plan Regional de Ordenación de la Acuicultura de Canarias (PROAC) por parte del Gobierno de Canarias que contribuirá al desarrollo de las mismas en las zonas marítimas.
Y, por último, una “visión azul” innovadora, atractiva y sostenible debe estar coordinada con otros sectores e instituciones como la PLOCAN y las energías marítimas o el próximo proyecto de Parque Tecnológico en Gáldar dedicado a la desalación y la economía circular o proyectos como la central hidroeléctrica reversible de Soria-Chira, que permitirá en el futuro un alto nivel de penetración de energías renovables, esperemos que también marinas, en el mix energético de la isla.
De manera paralela al desarrollo de los sectores biomarinos, desde el Cabildo también somos conscientes de que Gran Canaria es sin lugar a dudas el laboratorio de la UE para la innovación, ensayo y demostración de las energías renovables en el medio marino, así como para la transición hacia una economía baja en carbono, inteligente y sostenible. Hay islas más pequeñas donde se han llevado a cabo experiencias de gran valor añadido, como El Hierro, pero hay que ir a procesos de mayor escala que aceleren la transición necesaria para alcanzar objetivos como la reducción en al menos un 40% de las emisiones de gases de efecto invernadero o el 27% de cuota de energías renovables y de mejora de la eficiencia energética.
Así, del mismo modo que estamos impulsando un área experimental de negocio biomarino en Arinaga, estamos convencidos de la necesidad de disponer de un área experimental para demostración de fases comerciales y proyectos piloto de energía de las olas al norte de la Isla, una plataforma para la inversión, la innovación y el desarrollo de la industria undimotriz para territorios insulares y zonas costeras aisladas que además requieran de procesos de desalación. También sería deseable desarrollar otra zona en el sur de la isla para la eólica flotante. Estos futuros parques experimentales requieren de gran financiación, tienen ciclos de vida mucho más cortos (no hipotecan a largo plazo), suponen nichos de formación para los recursos humanos, para la creación de nuevas empresas y para la atracción de talento.
En consecuencia, nuestra “visión azul” propone valorar adecuadamente el conocimiento e innovar y experimentar aquí lo que se está investigando en Europa, tanto en el sector biomarino como en el de las energías renovables marinas. Las iniciativas, los proyectos y las acciones ligadas a estas zonas atraerán a buen seguro mucha inversión, talento y constituyen un clima propicio para la innovación.
Para llegar a esto es necesario que todos los actores implicados, tanto públicos como privados, colaboremos y trabajemos conjuntamente, de forma coordinada en el tiempo. Creo también que es necesario mejorar los instrumentos de financiación europeos destinados a las regiones ultraperiféricas así como disponer de herramientas singulares que permitan financiar proyectos en nuestras áreas de especialización en crecimiento azul, es decir, en la PLOCAN y la Plataforma Bioasis.
En conclusión, en el Cabildo tenemos muy claro el papel de los océanos y los mares a la hora de enfrentarnos a los desafíos globales a nivel económico, energético o climático. Gran Canaria es ya una isla vibrante en estos ámbitos y tenemos la vocación de convertirnos en la isla-laboratorio en tecnología azul de la UE, contribuyendo a la innovación en los modelos de negocio siempre dentro de una perspectiva sostenible y socialmente integradora. Y estoy seguro de que la revisión del Plan de Acción del Atlántico contribuirá a mejorar la estrategia europea de crecimiento azul tanto a escala europea como a nivel local.
*Antonio Morales es Presidente del Cabildo de Gran Canaria. (www.antoniomorales-blog.com)