5 de diciembre de 2018

El Cabildo de Gran Canaria celebra la última visita guiada a Arinaga

Miércoles, 5 de diciembre.

Vista aérea del Faro de Arinaga
Redacción
El Cabildo de Gran Canaria celebra hoy la última de las cuatro visitas guiadas a tres de los espacios más emblemáticos de la costa de Arinaga: las salinas, los Hornos de Cal de Risco Verde y el faro.
La iniciativa, que ha permitido a unas 120 personas descubrir estos enclaves, se enmarca dentro de la política impulsada por la Unidad de Patrimonio Histórico de la Consejería de Cultura del Cabildo de Gran Canaria de difundir la singularidad de los distintos paisajes culturales de Gran Canaria.
En esta última jornada, los participantes, con las 30 plazas disponibles ya cubiertas, podrán conocer el devenir histórico de estos tres elementos del patrimonio etnográfico de Arinaga en el que hombres y mujeres supieron domar el viento y la aridez del medio para poder aprovechar al máximo sus recursos y obtener, no solo un recurso, sino el poder transformar, conservar y construir su forma de subsistencia.
En el caso de las salinas, además, donde los asistentes estarán guiados por el salinero Roque Viera, se podrá adquirir  la sal artesanal a modo de contribución al sostenimiento de este recurso patrimonial.
Al igual que otras salinas del sureste, las de Arinaga pertenecen al modelo mediterráneo sobre asiento de barro. La solicitud para la construcción de estas salinas se realizó en los albores del siglo XIX (1804), en un momento donde las industrias de salazón demandaban importantes cantidades de sal para conservantes de las capturas obtenidas en el banco pesquero canario-sahariano. Una de las más destacadas particularidades de las salinas de Arinaga, la constituyen los inmuebles asociados al ingenio, en especial la conocida como Casa del Obispo. Además de esta residencia, las salinas cuentan con otra vivienda, conocida como la Casa de los Cuatro Picos, localizada junto al mar, en el extremo sur del conjunto. Esta edificación ha estado destinada a vivienda de los salineros que regentaban las salinas.
El horno de cal de Arinaga mantuvo una intensa producción. La mayor parte de las casi 4.000 Tm de cal que producía Gran Canaria hacia 1952, procedía de Arinaga, donde decenas de obreros caleros trabajaban a toda hora del día y la noche en esta industria localizada en la costa con la finalidad de distribuirla por mar en veleros hacia otros puntos de Gran Canaria e Islas Occidentales. En 1847 trabajaban en Arinaga nueve caleros. La fiebre constructora de mediados del siglo XX provoca la construcción de la primera planta de cemento en Arguineguín, lo que ocasiona la paulatina desaparición de esta actividad industrial extractiva que marcó un importante hito en la historia de la construcción en Canarias.
Por su parte, el faro, cuyas obras fueron encomendadas en 1888 al ingeniero Eugenio Suárez Galván siguiendo un proyecto del también ingeniero Juan de León y Castillo concluyendo en 1892, poseía una óptica de la casa francesa Barbier Bernard & Turenne. Dicho bien, en el que hoy se asienta un restaurante, tenía una planta rectangular y fue construido en sillería y piedra de cantería de Arucas. El edificio, situado en el paraje natural de la Montaña de Arinaga y sujeto a las normas de protección de espacios naturales de Canarias, tiene un estilo clásico, ecléctico y academicista, según los cánones de la época.