Vista de la calima desde el Polígono Industrial de Arinaga |
Redacción
La Dirección General de Seguridad y Emergencias del Gobierno de Canarias decretó ayer, a las 16.00 horas, la alerta por calima ante el fortísimo episodio de intrusión de polvo en suspensión que enterró a las islas reduciendo la visibilidad hasta los 1.000 metros.
Esta situación, según prevé la Agencia Estatal de Meteorología, se mantendrá al menos hasta la jornada de mañana, por lo que mantiene el aviso amarillo en vigor ante la posibilidad de que continúe la reducción de la visibilidad.
Las primeras islas en padecer las consecuencias de la calima fueron Fuerteventura, Lanzarote y La Graciosa, que vieron como sus cielos se cubrían por completo, disparando la presencia de partículas PM10, aquellas que tienen un diámetro igual o menor a 10 micrones, y que son respirables por el ser humano.
La calidad del aire se considera mala a partir de una concentración de 90 partículas por metro cúbico de aire respirado y ayer se registraron valores hasta diez veces por encima de ese límite.