Un niño observa el ejemplar de pulpo manta capturado en Arinaga y en el que puede verse la membrana que posee entre sus tentáculos |
Un extraño ejemplar de pulpo fue capturado esta semana en Arinaga por un joven que practicaba surf en la zona de la Avenida de los Pescadores y que, tras ponerlo en conocimiento de la Facultad de Ciencias del Mar de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, que optó por conservarlo para su estudio, se determinó que se trataba de un pulpo manda o pulpo de velos (Tremoctopus violaceus).
Ejemplares de esta especie, según una información publicada por Canarias7 en mayo del pasado año, han sido vistos hasta una decena de veces en los últimos quince años, aunque probablemente la cifra sea más alta, y su presencia, ya que es un género de cefalópodos poco común de avistar en aguas canarias porque suele vivir en las aguas medias de los mares tropicales y subtropicales, puede deberse a cuestiones climáticas asociadas con cambios superficiales bruscos en la salinidad.
Estos animales, que han aparecido también en Las Canteras en 2018 y en Fuerteventura en 2017, aunque se ha constatado su presencia en aguas de La Gomera, son conocidos como pulpos manta porque las hembras despliegan una gran membrana de dos de sus tentáculos para parecer más grandes cuando se sienten amenazadas.
El pulpo manta, que según los biólogos es perfectamente comestible, es muy similar a otras clases de pulpos que viven en océanos tropicales, y las hembras pueden llegar a medir dos metros, mientras que los machos son solo unos centímetros más pequeños, tienen un tentáculo lleno de esperma para fertilizar a la hembra y mueren tras el apareamiento.
El pulpo manta, que según los biólogos es perfectamente comestible, es muy similar a otras clases de pulpos que viven en océanos tropicales, y las hembras pueden llegar a medir dos metros, mientras que los machos son solo unos centímetros más pequeños, tienen un tentáculo lleno de esperma para fertilizar a la hembra y mueren tras el apareamiento.