Domingo, 19 de diciembre.
La Provincia
Repsol se encargará de explorar la posibilidad de aprovechar el calor del interior volcánico de las islas para integrarlo en el mix energético del archipiélago después que la Dirección General de Industria del Gobierno de Canarias haya extendido un permiso de un año a la multinacional española para estudiar la estructura y composición de 466 kilómetros cuadrados de superficie que se extienden por siete municipios de Gran Canaria.
La isla será el primer escenario de la investigación, la puerta de entrada a la utilización de la energía calórica para obtener electricidad, y el área de estudio engloba terrenos de La Aldea, Tejeda, Mogán, San Bartolomé de Tirajana, Santa Lucía de Tirajana, Agüimes e Ingenio.
Las estimaciones señalan que una planta geotérmica de 10 megavatios de potencia instalada puede abastecer la demanda energética de unas 23.000 viviendas, evitando la emisión a la atmósfera de unas 57.000 toneladas de dióxido de carbono (CO2) cada año.
Precisamente, este reto medioambiental es el que explica la presencia de Repsol en este proyecto y, al igual que la práctica totalidad de las empresas que operan en el ámbito de la energía, ha virado el timón hacia un horizonte verde, abandonando por completo la pasada primavera la extracción de petróleo en aguas españolas tras desmontar la plataforma Casablanca, situada frente a las costas de Tarragona.
El permiso otorgado por la Dirección General de Industria del Gobierno de Canarias, vigente desde el pasado 18 de noviembre por un periodo de un año, puede ser prorrogado por uno más como máximo, y el nombre que se le ha dado al proyecto es el de Lisa, como el reptil que prolifera en los barrancos del sur y los humedales del norte de Gran Canaria.
Todos los trabajos se centrarán en la superficie y no se perforará el suelo en busca de calor, y si esta primera fase se salda con éxito, llegará el tiempo de elaborar otro proyecto que sirva para constatar los indicios.
La existencia o no de calor suficiente como para incorporarlo a las fuentes limpias de generación de energía se determinará mediante el análisis de elementos estructurales y geotérmicos a partir de mapas e imágenes aéreas y de satélite, además de toma de muestras de la superficie, integrándose todos los datos obtenidos en sistemas tridimensionales que servirán para realizar la evaluación y conocer si el recurso geotérmico de alta entalpía (a partir de 150 grados centígrados) existe, es accesible y garantiza el suministro de calor estable.
La estabilidad es uno de los aspectos en los que la geotermia mejora a otra fuentes renovables como la eólica o la fotovoltaica, que dependen del viento y del sol, además que es necesario parar los aerogeneradores cuando, de noche, aportan más megavatios hora de los que demandan las empresas y una población que, en su mayoría, duermen.
La geotermia proporciona un recurso energético sin altibajos, ya que el agua inyectada, o la que ya existe en el subsuelo, se aprovecha para mover las turbinas de inducción y, una vez se enfríe, se devuelve al punto de origen, produciéndose siempre la circulación en un circuito cerrado.
Además de proporcionar energía a todas horas y todos los días del año, esta fuente limpia genera un impacto visual mínimo, pues las centrales propician una ocupación muy limitada del terreno y su presencia no impide que en la superficie haya otros usos.
En Canarias existen numerosos aprovechamientos de la geotermia de baja entalpía (menos de cien grados centígrados), utilizándose sobre todo en el sector hotelero para la climatización de piscinas o para calentar agua de uso sanitario, lo que reduce las facturas eléctricas en un porcentaje importante.
Asimismo, también está presente en sistemas de calefacción y agua caliente de hogares, algunos procesos industriales y en la agricultura.