Miércoles, 15 de noviembre.
Rafael Álvarez Gil
Este fin de semana tuvo lugar la celebración de la vigésima edición de la Feria del Sureste en el Cruce de Arinaga (Agüimes). Fue un éxito, como ya es costumbre; 150 expositores, muestra de ganado, actuaciones de grupos isleños… Un evento dirigido a todas las edades que, en última instancia, tiene como finalidad potenciar y preservar la identidad del pueblo canario. Y eso no es nuevo en estas latitudes de Gran Canaria, siempre lo han hecho, basta con observar las nomenclaturas de sus diversos callejeros a modo de ejemplo. Pequeños detalles que calan en la concienciación de los más jóvenes y otorga réditos a medio y largo plazo.
La clave política de la feria es que tomó a Óscar Hernández como presidente de la Mancomunidad del Sureste de Gran Canaria. Y el Cruce de Arinaga quedó como testigo de la importancia de este 2023 en el que, por otra parte, Óscar Hernández ha revalidado la mayoría absoluta en Agüimes. Pero no todo queda aquí, hay aún otra nota distintiva histórica: es la primera vez en democracia que los tres municipios (Ingenio, Agüimes y Santa Lucía de Tirajana) tiene regidores de Nueva Canarias. Por eso Antonio Morales en la inauguración se sintió aún más cómodo de lo habitual, era sabedor de lo que esto significaba para la izquierda canaria.
El presidente del Cabildo haciendo equipo con Francisco García, José López y Óscar Hernández, tienen de aquí a 2027 toda una comarca para implementar políticas públicas progresistas que, al tiempo, originen razón de ser isleña. Con el respaldo de Antonio Morales desde la Casa Palacio de Bravo Murillo, las posibilidades se multiplican. Es la combinación perfecta. Y es que el sureste imprime su propia huella a su gente, se trasluce incluso en la alegría del buen clima que, por no ser por la ventolera, sería todo el año la idealización de seguro de sol y jornadas de luz expansiva. Vamos, pura autoestima.
Aceite de Temisas, naranjas de Santa Lucía de Tirajana, pan de Agüimes, vino de la tierra… Todo ello, más la artesanía, redunda en un abanico de productos propios al alcance de la ciudadanía. Porque la Feria del Sureste nace desde la convicción de que el comercio puede ser entre paisanos, escapando por completo de las imposiciones de las galerías y centros comerciales que quedan sujetos a las reglas dictadas por sus marcas multinacionales. El sureste es conciencia de pueblo. Un legado intergeneracional de profunda alma canaria que pervive a través de la enorme transformación socioeconómica en esta parte de la isla. Una feria, al fin, en la que encontrarnos y compartir aquello que como pueblo canario nos forja.