Martes, 19 de Junio.La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Las Palmas hizo pública ayer la sentencia que impone 12 años y 6 meses de prisión, al vecino de Las Palmas de Gran Canaria José Antonio Batista Martel, de 34 años, por violar a una anciana de 75 años.
El fallo declara probado que sobre las 16.30 horas, del 15 de julio de 2005, el acusado, "con ánimo de satisfacer sus deseos sexuales", se dirigió a la Playa de Arinaga (Agüimes), donde se encontró con la anciana. Agrega la sentencia del tribunal que el acusado entabló una "pequeña conversación con la mujer", y al advertir que ésta se metía en el interior de su domicilio, "aprovechó que la puerta se encontraba abierta con el gancho para, sin consentimiento de la moradora, meterse dentro del domicilio para llevar a cabo sus deseos sexuales".
La resolución de la Sala añade que José Antonio Batista Martel "se dirigió hacia el dormitorio y se abalanzó" sobre la mujer y le puso un cojín en la cara, al tiempo que le decía "no grites, que no te va a pasar nada" y anunciaba que era "homosexual" y que "iba a hacer lo que tenía que hacer".
"La agarró fuertemente y la tiró a la cama", expone, "y tras un forcejeo la desnudó, le tocó los genitales, la besó en sus partes y le introdujo el pene en la boca, y posteriormente, insistiendo en que no gritara y metiéndole los dedos en la boca y la garganta, la penetró anal y vaginalmente". Cuando acabó, la amedrentó diciéndole "que si salía de casa gritando, entraría y la mataría".
La mujer sufrió contusiones en la cara y fisuras en la vagina y en el esfínter, convaleciendo de estas lesiones durante 23 días y no le quedaron secuelas.
El fallo declara probado que sobre las 16.30 horas, del 15 de julio de 2005, el acusado, "con ánimo de satisfacer sus deseos sexuales", se dirigió a la Playa de Arinaga (Agüimes), donde se encontró con la anciana. Agrega la sentencia del tribunal que el acusado entabló una "pequeña conversación con la mujer", y al advertir que ésta se metía en el interior de su domicilio, "aprovechó que la puerta se encontraba abierta con el gancho para, sin consentimiento de la moradora, meterse dentro del domicilio para llevar a cabo sus deseos sexuales".
La resolución de la Sala añade que José Antonio Batista Martel "se dirigió hacia el dormitorio y se abalanzó" sobre la mujer y le puso un cojín en la cara, al tiempo que le decía "no grites, que no te va a pasar nada" y anunciaba que era "homosexual" y que "iba a hacer lo que tenía que hacer".
"La agarró fuertemente y la tiró a la cama", expone, "y tras un forcejeo la desnudó, le tocó los genitales, la besó en sus partes y le introdujo el pene en la boca, y posteriormente, insistiendo en que no gritara y metiéndole los dedos en la boca y la garganta, la penetró anal y vaginalmente". Cuando acabó, la amedrentó diciéndole "que si salía de casa gritando, entraría y la mataría".
La mujer sufrió contusiones en la cara y fisuras en la vagina y en el esfínter, convaleciendo de estas lesiones durante 23 días y no le quedaron secuelas.
Fotografía: Audiencia Provincial de Las Palmas.
