El descubrimiento de más grabados en el entorno del Lomo de Los Letreros, en el Barranco de Balos, replantea su significado. Las nuevas inscripciones y las ya conocidas podrían haber sido hechas por el mismo grupo étnico y los expertos piden protección para el legado prehispanico
En los años 70, se conocían una treintena de estaciones rupestres en Gran Canaria. Hoy hay más de cien identificadas, y, según el arqueólogo Julio Cuenca, "siguen apareciendo".
Cuenca dirige la empresa Proyectos Patrimoniales Canarios (Propac S.L.), enfrascada en la actualidad en la elaboración del corpus de manifestaciones rupestres de Gran Canaria.
"En estos momentos trabajamos las manifestaciones rupestres en dos frentes: en cuevas y al aire libre. En Balos", agrega, "teníamos sospechas de que el yacimiento de Lomo de Los Letreros no estaba aislado, de que en su entorno podían aparecer nuevas estaciones rupestres". Y así ha sido.
Los primeros que se dan cuenta son, según explica, la Comisión de Historia y Etnografía de Canarias, "un colectivo formado por aficionados que descubrieron nuevas estaciones y lo publicaron en prensa en los 80".
Con el objetivo de ratificar sus sospechas y los estudios de este colectivo, Propac realizó prospecciones arqueológicas en el área comprendida entre el Barranco de Guayadeque y el de Tirajana, entre la costa y la cota de 1.000 metros. En esta zona localizaron una veintena de nuevas estaciones rupestres lo que demuestra "que el santuario de Balos es mucho mayor de lo que hasta ahora se pensaba".
El experto precisa que hay una "gran similitud" entre las estaciones nuevas y las ya conocidas de Lomo de Los Letreros en el Barranco de Balos. Se trata de figuras humanas, inscripciones alfabéticas tipo líbico-bereber y motivos geométricos.
"Da la impresión de que todas las representaciones están hechas por el mismo grupo étnico que hizo Lomo de Los Letreros. Y esto es muy importante", subraya.
El grupo de Cuenca trabaja en manifestaciones rupestres desde los años 80. El proyecto del entorno de Lomo de los Letreros lo iniciaron en 2000. En 2004 dieron a conocer su existencia en el Coloquio de Historia Canario-Americana, que se celebra de manera periódica en la Casa de Colón. "Entonces dijimos que el trabajo estaba en su fase inicial y que se esperaban nuevos descubrimientos".
Lomo de Los Letreros se conoce desde el siglo XIX. Los primeros estudios serios fueron realizados por Antonio Beltrán, catedrático de Historia de la Universidad de Zaragoza, a principio de los 70 por encargo del Museo Canario, informa Julio Cuenca.
En su repaso de la historia del yacimiento, Cuenca menciona los estudios realizados por Mauro Hernández Pérez, hoy catedrático en Alicante, en los 70, que, según aclara, continúan inéditos. El siguiente hito se da en la década de los 80 cuando la Dirección General de Patrimonio del Gobierno de Canarias ordena el cierre del yacimiento. Con esta medida frena la proliferación de graffitis junto a los grabados rupestres.
En los años 70, se conocían una treintena de estaciones rupestres en Gran Canaria. Hoy hay más de cien identificadas, y, según el arqueólogo Julio Cuenca, "siguen apareciendo".
Cuenca dirige la empresa Proyectos Patrimoniales Canarios (Propac S.L.), enfrascada en la actualidad en la elaboración del corpus de manifestaciones rupestres de Gran Canaria.
"En estos momentos trabajamos las manifestaciones rupestres en dos frentes: en cuevas y al aire libre. En Balos", agrega, "teníamos sospechas de que el yacimiento de Lomo de Los Letreros no estaba aislado, de que en su entorno podían aparecer nuevas estaciones rupestres". Y así ha sido.
Los primeros que se dan cuenta son, según explica, la Comisión de Historia y Etnografía de Canarias, "un colectivo formado por aficionados que descubrieron nuevas estaciones y lo publicaron en prensa en los 80".
Con el objetivo de ratificar sus sospechas y los estudios de este colectivo, Propac realizó prospecciones arqueológicas en el área comprendida entre el Barranco de Guayadeque y el de Tirajana, entre la costa y la cota de 1.000 metros. En esta zona localizaron una veintena de nuevas estaciones rupestres lo que demuestra "que el santuario de Balos es mucho mayor de lo que hasta ahora se pensaba".
El experto precisa que hay una "gran similitud" entre las estaciones nuevas y las ya conocidas de Lomo de Los Letreros en el Barranco de Balos. Se trata de figuras humanas, inscripciones alfabéticas tipo líbico-bereber y motivos geométricos.
"Da la impresión de que todas las representaciones están hechas por el mismo grupo étnico que hizo Lomo de Los Letreros. Y esto es muy importante", subraya.
El grupo de Cuenca trabaja en manifestaciones rupestres desde los años 80. El proyecto del entorno de Lomo de los Letreros lo iniciaron en 2000. En 2004 dieron a conocer su existencia en el Coloquio de Historia Canario-Americana, que se celebra de manera periódica en la Casa de Colón. "Entonces dijimos que el trabajo estaba en su fase inicial y que se esperaban nuevos descubrimientos".
Lomo de Los Letreros se conoce desde el siglo XIX. Los primeros estudios serios fueron realizados por Antonio Beltrán, catedrático de Historia de la Universidad de Zaragoza, a principio de los 70 por encargo del Museo Canario, informa Julio Cuenca.
En su repaso de la historia del yacimiento, Cuenca menciona los estudios realizados por Mauro Hernández Pérez, hoy catedrático en Alicante, en los 70, que, según aclara, continúan inéditos. El siguiente hito se da en la década de los 80 cuando la Dirección General de Patrimonio del Gobierno de Canarias ordena el cierre del yacimiento. Con esta medida frena la proliferación de graffitis junto a los grabados rupestres.