Canarias 7
El Juez de Menores, Emilio Calatayud Pérez, ha clausurado las Jornadas de Familia y Comunidad, celebradas los pasados días 25, 26 y 27, en el Teatro Gonzalo de Berceo.
En su discurso, el juez abogó por la importancia de la familia, sobre todo de los padres, en la reeducación de los menores con medidas judiciales, implicando a los mayores como culpables de las actitudes de sus hijos en la sociedad.
Si algo caracteriza a Calatayud, es la forma tan peculiar que tiene a la hora de aplicar las condenas a los menores. Asegura que "si lo que se pretende es la reinserción del menor en la sociedad, esto se convertiría en una difícil tarea después de tenerlo encerrado durante varios años".
Educar a un hijo se ha vuelto cada vez "más difícil", por lo que el juez apuesta por la creación de una escuela para padres. "Hoy en día, la mayoría de los padres no saben cómo educar a los hijos y se crea un conflicto cuando se trata de delimitar hasta donde llegan las responsabilidades de los mayores y los derechos de los menores".
Según comenta, el origen de este conflicto se sitúa en la creación de la Ley de Protección Jurídica del Menor en 1996, donde "se da mucha importancia a los derechos y se despreocupan totalmente de los deberes que deben asumir los menores".
Calatayud suma a la lista de culpables por el aumento de la delincuencia juvenil a "las escuelas, los servicios sociales, los medios de comunicación y a la propia justicia", a la que tacha de "tener miedo de aplicar autoridad en la joven democracia".
Hoy en día, a la hora de juzgar a un menor, "se hace siempre desde el interés del menor delincuente, aplicando sus derechos y esquivando sus deberes". El juez asegura que aplicar penas sociales "ayudaría más a la reinserción social de los menores con condenas que les hagan tener una visión de la gravedad de los delitos que han cometido", concluyó Calatayud tras un animado discurso.
El Juez de Menores, Emilio Calatayud, se ha hecho famoso por la aplicación de la ley del "tú la haces, tú la pagas". De esta forma, aplica condenas alternativas según el delito cometido. El juez piensa que en algunos casos es "mejor escarmentar que encerrar". Algunas de las penas más destacadas a lo largo de su carrera, incluyen el cuidado y atención en un centro de mayores a un menor por agredir a un anciano. "Si te gusta coger cosas que no son tuyas, como robar ropa en una tienda, te penaría con 200 horas empaquetando regalos para niños pequeños", argumenta el juez. Calatayud quiso destacar el caso de un menor que maltrataba a sus padres y al que penó a limpiar la fachada del Juzgado donde trabaja. Existían sólo dos maneras de limpiarla. Una era con ácido, pero como "no era cuestión de arriesgarse a que le pasara algo al niño y los padres denunciaran quedó descartada". La otra alternativa, por que la que se decidió el juez al final, fue limpiar la fachada de 120 metros, con una lija natural. Desde entonces, asegura que "muchos de los jóvenes de su municipio se lo piensan dos veces antes de cometer algún delito contra el entorno público". Porque, como diría Emilio Calatayud, "tú la haces, tú la pagas".
Si algo caracteriza a Calatayud, es la forma tan peculiar que tiene a la hora de aplicar las condenas a los menores. Asegura que "si lo que se pretende es la reinserción del menor en la sociedad, esto se convertiría en una difícil tarea después de tenerlo encerrado durante varios años".
Educar a un hijo se ha vuelto cada vez "más difícil", por lo que el juez apuesta por la creación de una escuela para padres. "Hoy en día, la mayoría de los padres no saben cómo educar a los hijos y se crea un conflicto cuando se trata de delimitar hasta donde llegan las responsabilidades de los mayores y los derechos de los menores".
Según comenta, el origen de este conflicto se sitúa en la creación de la Ley de Protección Jurídica del Menor en 1996, donde "se da mucha importancia a los derechos y se despreocupan totalmente de los deberes que deben asumir los menores".
Calatayud suma a la lista de culpables por el aumento de la delincuencia juvenil a "las escuelas, los servicios sociales, los medios de comunicación y a la propia justicia", a la que tacha de "tener miedo de aplicar autoridad en la joven democracia".
Hoy en día, a la hora de juzgar a un menor, "se hace siempre desde el interés del menor delincuente, aplicando sus derechos y esquivando sus deberes". El juez asegura que aplicar penas sociales "ayudaría más a la reinserción social de los menores con condenas que les hagan tener una visión de la gravedad de los delitos que han cometido", concluyó Calatayud tras un animado discurso.
El Juez de Menores, Emilio Calatayud, se ha hecho famoso por la aplicación de la ley del "tú la haces, tú la pagas". De esta forma, aplica condenas alternativas según el delito cometido. El juez piensa que en algunos casos es "mejor escarmentar que encerrar". Algunas de las penas más destacadas a lo largo de su carrera, incluyen el cuidado y atención en un centro de mayores a un menor por agredir a un anciano. "Si te gusta coger cosas que no son tuyas, como robar ropa en una tienda, te penaría con 200 horas empaquetando regalos para niños pequeños", argumenta el juez. Calatayud quiso destacar el caso de un menor que maltrataba a sus padres y al que penó a limpiar la fachada del Juzgado donde trabaja. Existían sólo dos maneras de limpiarla. Una era con ácido, pero como "no era cuestión de arriesgarse a que le pasara algo al niño y los padres denunciaran quedó descartada". La otra alternativa, por que la que se decidió el juez al final, fue limpiar la fachada de 120 metros, con una lija natural. Desde entonces, asegura que "muchos de los jóvenes de su municipio se lo piensan dos veces antes de cometer algún delito contra el entorno público". Porque, como diría Emilio Calatayud, "tú la haces, tú la pagas".