El Centro Cultural de La Caja de Canarias (CICCA) acoge esta noche la presentación del disco de Patricio de Soto, titulado "Esperando el sol", un concierto cuyas entradas están a la venta en www.cajatique.com.
"Esperando el sol" es el debut en solitario del músico, compositor y cantante grancanario, residente en la Playa de Arinaga, Patricio de Soto. Un proyecto de pop y rock de amplio espectro donde el que fuera líder de formaciones punteras en la escena del archipiélago canario en las últimas dos décadas como Jezhabel, El Señor X y Carne Cruda, abraza otras pautas de estilo.
"Esperando el sol" es un estreno sin estridencias y sin más artificio que un labrado ejercicio creativo por parte de un compositor de raíces rock, que tras años de carretera ha encontrado su justo lugar en el lado amable de la música.
Un trabajo de diez cortes con la cuidada producción de Manolo Guerra, grabado en la Sala Duke's y en Wasss Studio en Gran Canaria, y masterizado por Aitor Carrasquedo en Estudios Aeroson, en Guipúzcoa, con el que De Soto amplía horizontes con un discurso sereno y entroncado con su realidad como músico.
Su trabajo adquiere ahora la dimensión panorámica que no llegó a dibujar en su pasado profesional reciente. Es De Soto una lectura contemporánea del pop y el rock donde el artista grancanario desnuda sus emociones, redirecciona la rabia verbal que le caracteriza y pone su voz al servicio de una colección de canciones que buscan la complicidad del público, como si se tratara de relatos unipersonales de destinatario universal.
"Nadie conoce a nadie", tema que abre el disco es todo un manifiesto de intenciones. El músico despojado de la visceralidad y el tecnicismo al que había acostumbado en su última etapa con Carne Cruda, formación del sur de Gran Canaria con la que grabaría el disco "Uno" (2000 ) y que le llevaría de gira por varias ciudades de la península como La rabia tour.
Ahora, De Soto hace gala de una sencillez que se alterna con la sabia contundencia con que se entrega en el escenario. Un paso al frente con nuevos atributos, lenguaje distinto, y una banda de músicos de primera línea que lo respaldan en directo.
El pulso del productor Manolo Guerra, que además colabora a las guitarras, programaciones y voces, ha sido determinante en el resultado de "Esperando el sol", y responsable de que la música de De Soto se haya vuelto tan grande como merece su esperado debut.
A De Soto no le ha abandonado el alma rockera, aunque la exteriorice de una forma más contenida y madura (dicho sea en el buen sentido). Ahora que camina solo, De Soto aprovecha para verter sus inquietudes personales en unas letras que, entre referencias a fenómenos naturales y citas a Baudelaire, hablan de la superación personal y de lo mal repartido que está el mundo.
"Esperando el sol" es el debut en solitario del músico, compositor y cantante grancanario, residente en la Playa de Arinaga, Patricio de Soto. Un proyecto de pop y rock de amplio espectro donde el que fuera líder de formaciones punteras en la escena del archipiélago canario en las últimas dos décadas como Jezhabel, El Señor X y Carne Cruda, abraza otras pautas de estilo.
"Esperando el sol" es un estreno sin estridencias y sin más artificio que un labrado ejercicio creativo por parte de un compositor de raíces rock, que tras años de carretera ha encontrado su justo lugar en el lado amable de la música.
Un trabajo de diez cortes con la cuidada producción de Manolo Guerra, grabado en la Sala Duke's y en Wasss Studio en Gran Canaria, y masterizado por Aitor Carrasquedo en Estudios Aeroson, en Guipúzcoa, con el que De Soto amplía horizontes con un discurso sereno y entroncado con su realidad como músico.
Su trabajo adquiere ahora la dimensión panorámica que no llegó a dibujar en su pasado profesional reciente. Es De Soto una lectura contemporánea del pop y el rock donde el artista grancanario desnuda sus emociones, redirecciona la rabia verbal que le caracteriza y pone su voz al servicio de una colección de canciones que buscan la complicidad del público, como si se tratara de relatos unipersonales de destinatario universal.
"Nadie conoce a nadie", tema que abre el disco es todo un manifiesto de intenciones. El músico despojado de la visceralidad y el tecnicismo al que había acostumbado en su última etapa con Carne Cruda, formación del sur de Gran Canaria con la que grabaría el disco "Uno" (2000 ) y que le llevaría de gira por varias ciudades de la península como La rabia tour.
Ahora, De Soto hace gala de una sencillez que se alterna con la sabia contundencia con que se entrega en el escenario. Un paso al frente con nuevos atributos, lenguaje distinto, y una banda de músicos de primera línea que lo respaldan en directo.
El pulso del productor Manolo Guerra, que además colabora a las guitarras, programaciones y voces, ha sido determinante en el resultado de "Esperando el sol", y responsable de que la música de De Soto se haya vuelto tan grande como merece su esperado debut.
A De Soto no le ha abandonado el alma rockera, aunque la exteriorice de una forma más contenida y madura (dicho sea en el buen sentido). Ahora que camina solo, De Soto aprovecha para verter sus inquietudes personales en unas letras que, entre referencias a fenómenos naturales y citas a Baudelaire, hablan de la superación personal y de lo mal repartido que está el mundo.