La Murga Ni Quito Ni Pongo ya tiene a la venta las camisetas de la Traía del Gofio y Agua 2009, cuyo autor es el artista agüimense Eduardo Ramírez.
Es intención de la murga realizar, cada año, este tipo de camisetas con diseños de artistas de nuestro municipio que destaquen en las artes de la pintura, escultura, etc.
Las camisetas de la Traía del Gofio y Agua 2009 se podrán adquirir directamente a los miembros de la Murga Ni Quito Ni Pongo, al precio de 3,50 euros.
El diseño de Eduardo Ramírez para la camiseta de este año, nos presenta el intercambio generacional que, cada año, se produce en esta popular fiesta de nuestro municipio, donde la mano de una persona adulta deposita gofio en la de un niño, animándole a continuar con esta manifestación auténticamente popular de una antiquísima tradición de la Villa de Agüimes, que recrea una antigua y habitual costumbre de la época de la posguerra, cuando los vecinos y vecinas de Agüimes se desplazaban a las afueras del pueblo, a la zona de los Molinos de Ananías y Lolita, a llevar el millo para que fuera tostado y molido.
Es intención de la murga realizar, cada año, este tipo de camisetas con diseños de artistas de nuestro municipio que destaquen en las artes de la pintura, escultura, etc.
Las camisetas de la Traía del Gofio y Agua 2009 se podrán adquirir directamente a los miembros de la Murga Ni Quito Ni Pongo, al precio de 3,50 euros.
El diseño de Eduardo Ramírez para la camiseta de este año, nos presenta el intercambio generacional que, cada año, se produce en esta popular fiesta de nuestro municipio, donde la mano de una persona adulta deposita gofio en la de un niño, animándole a continuar con esta manifestación auténticamente popular de una antiquísima tradición de la Villa de Agüimes, que recrea una antigua y habitual costumbre de la época de la posguerra, cuando los vecinos y vecinas de Agüimes se desplazaban a las afueras del pueblo, a la zona de los Molinos de Ananías y Lolita, a llevar el millo para que fuera tostado y molido.
Una vez obtenido el gofio, se transportaba en bestias, o con el costal a cuestas, junto con el agua recogida en cacharros de las acequias, fuentes y pilares públicos, con el fin último del necesario uso doméstico.