5 de octubre de 2009

Opinión: "Los restos del pino canario más antiguo de la isla, están en Guayadeque"

Lunes, 05 de octubre.

Antonio Estupiñán Sánchez*
Siguiendo a través de un recodo en su vertiente sur, por la altiplanicie del Barranco de Guayadeque, a una altitud de unos 1.200 metros sobre el nivel del mar, se alza los restos (completamente seco) del que fuera el mayor y más antiguo pino canario de la isla. Este hermoso ejemplar tiene actualmente unos 25 metros de altura, un tronco circunferencial de 6 metros y un diámetro de 3 metros. En su memoria, los antiguos pobladores de esta zona le llamaron "El Pinillo".
Hace más de medio siglo, las raíces de este gigantesco árbol se secaron para siempre, quizás de vejez, representando su actual estado esquelético como un verdadero símbolo de grandeza para aquellos que puedan contemplarlos en su fértil y azocado terreno de escarpadas y peligrosas montañas de difíciles accesos.
El mastodóntico pino canario, permanece inmóvil en los antiguos terrenos y cuevas del fallecido Felipe Rodríguez Díaz, muy cercano al difícil acceso conocido por Zamora, justamente a unos kilómetros hacia el Este del cráter volcánico de la Caldera de Los Marteles.
El responsable de ésta crónica (siendo corresponsal de Canarias7 en el Sureste), estuvo a los pies de éste gran ejemplar, publicando posteriormente, el 26 de mayo de 1.994, un amplio reportaje sobre éste famoso pino.
Bartolomé Rodríguez, propietario del Restaurante Tagoror, ubicado en Montaña Las Tierras, fue un vivo testimonio de excepción sobre los últimos años de vida de este legendario y desconocido pino canario. Nos dijo que "siendo joven, hace más de 60 años, el gran pino estaba aún en su esplendor, sobrepasaba los 40 metros de altura y tenía un tronco de unos 10 metros de circunferencia". Pueden ustedes calcular los metros de su diámetro. Era tan grande, que por su enorme tamaño se podía divisar desde parte de la costa del Sureste, o sea, desde playa de Vargas hasta Arinaga y zonas colindantes (con vistas a la cumbre), a más de 20 kilómetros.
Se calcula que el pino podía haber superado los 700 años de antigüedad, dado a su privilegiado lugar de ubicación, protegido de los molestos vientos del Norte y favorecidos por los nutrientes y humedades de esta zona volcánica, lo que le hizo acreedor de tan longeva vida.
Es lamentable e incomprensible que los historiadores botánicos isleños, así como nuestras instituciones del Cabildo y Gobierno Canario, han silenciado y olvidado la existencia de los restos del gran pino canario de Guayadeque. Será por desconocimiento o por encontrarse escondido en un lugar de difícil acceso orográfico. Lo cierto, es que frecuentemente se habla mucho de otros pinos y árboles antiguos, como el recientemente quemado Pino de Pilancones, la Sabina de Tirma, el Acebuche de Llanos de Parra, los Dragos de Meleguinas y la Casa de Rocha, los pinos tinerfeños de las Dos Pernadas y Gordo, así como el del Inglés, en la isla de La Palma, y nuestra famosa palmera canariensis de Paquesito en Ingenio. Estos longevos árboles, no han sobrepasado los 600 años de antigüedad, según el catálogo de árboles singulares de Canarias. En cambio, con todo los adelantos y técnicas modernas, seguimos desconociendo, aunque sea seco, a los restos, quizás, del más antiguo pino canario de nuestro archipiélago canario, ubicado en lo alto del Barranco de Guayadeque (Agüimes).
*Antonio Estupiñán es ex-decano de los corresponsales de la prensa escrita en Gran Canaria y es colaborador de periódicos digitales.