14 de noviembre de 2009

Ivana y Fermín, una pareja como un queso

Sábado, 14 de noviembre.

La Provincia
Hace seis años que Fermín e Ivana (en la foto) no cogen vacaciones, porque la Quesería Artesanal Los Corralillos no les da tregua y "hay que atender a trescientas cabras". Sin embargo, ganar la Medalla de Oro al Mejor Queso Curado del Mundo, entre más de dos mil participantes, ha sido toda una motivación.
"Yo nunca había visto una cabra, pero cuando me enseñaron a ordeñarla y a hacer queso, supe que esto era lo mío". Así de contundente se muestra Ivana Mederos, natural del barrio de Balos, en Vecindario, y propietaria, junto a su marido Fermín Guedes, de la Quesería Los Corralillos.
Ambos han ganado la Medalla de Oro al Mejor Queso Curado en el Concuso Internacional celebrado hace unas semanas en Gran Canaria, y se sienten muy orgullosos de que triunfe lo artesanal. "Cuando me lo dijeron me sentí muy contenta, pero sobre todo por mi suegra, Reyes Martín, que es la que me ha enseñado lo que sé", afirma Ivana. Sienten que ha ganado lo tradicional, ya que ellos no utilizan maquinaria para hacer el queso, sólo sus manos. Entre más de dos mil participantes de todo el mundo, el queso curado de Los Corralillos resultó ganador y el secreto, según sus dueños, es que "las cabras comen hierba como antaño, nada de aditivos".
Fermín Guedes apunta que "mis cabras comen la hierba del campo, no les damos pienso ni nada. Las llevo a la zona de Pajonales de Agüimes dos veces al día y dan unos cuatrocientos litros de leche diarios; se trata de un trabajo sacrificado que, incluso ha hecho que me plantee dejarlo, pero al final, siempre hay motivaciones que te ayundan a tirar para adelante".
El queso de Los Corralillos lo venden en la propia quesería y aseguran que desde que ganó lamedalla internacional, el queso curado "se vende como rosquillas".