Fernando Torres Baena (en la imagen), principal imputado del caso kárate por presuntos abusos sexuales y corrupción de menores de manera continuada, guardaba en su chalet de Playa de Vargas una pistola marca Derringer del calibre 22, con el número de serie 71916.
En el registro efectuado por la Policía la madrugada de su detención, junto a su compañera sentimental, María José González, no pudieron acreditar ante las fuerzas de orden público la correspondiente licencia.
Días después, cuando negó en sede judicial haber mantenido relaciones sexuales (forzadas o consentidas) con sus alumnos del gimnasio de kárate y con sus hijos, dijo al juez que había "encontrado la pistola en una casa abandonada de Vargas, hace 20 años", añadiendo que "no tenía conocimiento de que fuera una pistola de verdad.
Cuestionado por el hecho de haber guardado el arma, el director de la escuela imputado como autor de abusos sexuales a menores de edad en su gimnasio, indicó que guardó el arma "igual que guardé un jarrón, que también encontré en una casa abandonada". E insistió: "No tenía aspecto de pistola".
En las actuaciones policiales a raíz de la detención de Torres Baena y los otro cuatro imputados del caso, la Brigada Judicial le señala no sólo como autor de los presuntos delitos de abuso sexual y corrupción de menores, sino tenencia ilícita de armas, además de agresión sexual y exhibicionismo.
Ante la Policía Nacional, todos los imputados se negaron a declarar. A su compañera sentimental, también encarcelada en Salto del Negro, la investigación policial le imputa también exhibicionismo y un presunto delito de aborto, al aparecer en su casa de Vargas píldoras abortivas, presuntamente utilizadas con menores de edad.
En ese segundo registro en Vargas, la Policía halló cintas pornográficas de contenido homosexual y de sexo con animales y una serie de cartas y páginas manuscritas "aparentemente con letra de niños", además de fotos de menores en pose provocativo sexualmente, algunos de ellos, víctimas denunciantes de los hechos.
La otra imputada en prisión provisional, Ivonne González, aparte de corrupción de menores y abusos sexuales, es señalada por la Policía como presunta autora de un delito de pornografía. En cuanto a los dos imputados en libertad , José Agustín González, hermano de María José, y Juan Luis Benítez, se les señala sólo con el delito de abuso sexual.
Para la Policía, que investiga este caso a raíz de las primeras denuncias del 29 de enero de este año (una ex alumna del gimnasio quiso evitar que el hermano menor de una amiga fuera inscrito en la escuela de kárate, al padecer ella abusos sexuales), Torres Baena y sus monitores imputados "constituyen un grupo organizado de pederastas (asimilable a una secta en la que el primero ejerce de líder carismático) que aprovechaban su influencia en el mundo del kárate para atraer a menores y ganarse su confianza y admiración, tanto de ellos como la de sus padres, con la promesa de convertir a sus hijos en figuras del deporte".
En el registro efectuado por la Policía la madrugada de su detención, junto a su compañera sentimental, María José González, no pudieron acreditar ante las fuerzas de orden público la correspondiente licencia.
Días después, cuando negó en sede judicial haber mantenido relaciones sexuales (forzadas o consentidas) con sus alumnos del gimnasio de kárate y con sus hijos, dijo al juez que había "encontrado la pistola en una casa abandonada de Vargas, hace 20 años", añadiendo que "no tenía conocimiento de que fuera una pistola de verdad.
Cuestionado por el hecho de haber guardado el arma, el director de la escuela imputado como autor de abusos sexuales a menores de edad en su gimnasio, indicó que guardó el arma "igual que guardé un jarrón, que también encontré en una casa abandonada". E insistió: "No tenía aspecto de pistola".
En las actuaciones policiales a raíz de la detención de Torres Baena y los otro cuatro imputados del caso, la Brigada Judicial le señala no sólo como autor de los presuntos delitos de abuso sexual y corrupción de menores, sino tenencia ilícita de armas, además de agresión sexual y exhibicionismo.
Ante la Policía Nacional, todos los imputados se negaron a declarar. A su compañera sentimental, también encarcelada en Salto del Negro, la investigación policial le imputa también exhibicionismo y un presunto delito de aborto, al aparecer en su casa de Vargas píldoras abortivas, presuntamente utilizadas con menores de edad.
En ese segundo registro en Vargas, la Policía halló cintas pornográficas de contenido homosexual y de sexo con animales y una serie de cartas y páginas manuscritas "aparentemente con letra de niños", además de fotos de menores en pose provocativo sexualmente, algunos de ellos, víctimas denunciantes de los hechos.
La otra imputada en prisión provisional, Ivonne González, aparte de corrupción de menores y abusos sexuales, es señalada por la Policía como presunta autora de un delito de pornografía. En cuanto a los dos imputados en libertad , José Agustín González, hermano de María José, y Juan Luis Benítez, se les señala sólo con el delito de abuso sexual.
Para la Policía, que investiga este caso a raíz de las primeras denuncias del 29 de enero de este año (una ex alumna del gimnasio quiso evitar que el hermano menor de una amiga fuera inscrito en la escuela de kárate, al padecer ella abusos sexuales), Torres Baena y sus monitores imputados "constituyen un grupo organizado de pederastas (asimilable a una secta en la que el primero ejerce de líder carismático) que aprovechaban su influencia en el mundo del kárate para atraer a menores y ganarse su confianza y admiración, tanto de ellos como la de sus padres, con la promesa de convertir a sus hijos en figuras del deporte".