24 de agosto de 2010

La Quesería Los Corralillos ha incrementado un 30% la venta de su queso curado

Martes, 24 de agosto.

Triángulo Digital
Desde que la Quesería Los Corralillos, en Agüimes, ganara hace algunos meses la categoría de Mejor Queso Curado del Mundo, entre más de dos mil participantes de distintos países, sus dueños, Fermín Guedes e Ivana Mederos (en la imagen), aseguran que han incrementado casi un 30% sus ventas y han despertado el interés de compradores internacionales.
Revistas escandinavas y londinenses se han interesado en esta pareja que lleva más de siete años sin coger vacaciones para "atender a sus trescientas cabras y hacer un queso de forma tradicional", un tipo de quesería que escasea en las islas.
Ganar la Medalla de Oro al Mejor Queso Curado del Mundo, entre más de dos mil participantes, ha sido toda una motivación para la Quesería Los Corralillos. Y más mérito tiene teniendo en cuenta que se trata de una pareja de treinteañeros, Fermín e Ivana, de los cuales Ivana no tenía ni idea del sector ganadero hasta hace unos años y ahora es la que hace los famosos quesos. "Yo nunca había visto una cabra, pero cuando me enseñaron a ordeñarla y a hacer queso, supe que esto era lo mío". Así de contundente se muestra Ivana Mederos, natural del barrio de Balos, en Vecindario, y propietaria, junto a su marido Fermín Guedes, de la quesería de Agüimes.
Cuando ganaron la Medalla de Oro al Mejor Queso Curado en el concurso internacional World Cheese Awards 2009, celebrado hace unos meses en Gran Canaria, sintieron que había triunfado lo artesanal. "Cuando me lo dijeron me sentí muy contenta, pero sobre todo por mi suegra, Reyes Martín, que es la que me ha enseñado lo que sé", afirma Ivana. No utilizan maquinaria para hacer el queso, sólo sus manos. Entre más de dos mil participantes de todo el mundo, el queso curado de Los Corralillos resultó ganador y el secreto, según sus dueños, es que "las cabras comen hierba como antaño, nada de aditivos".
Fermín Guedes apunta que "mis cabras comen la hierba del campo, no les damos pienso ni nada. Las llevo a la zona de Pajonales de Agüimes dos veces al día y dan unos cuatrocientos litros de leche diarios; se trata de un trabajo sacrificado que, incluso ha hecho que me plantee dejarlo, pero al final, siempre hay motivaciones que te ayundan a tirar para adelante".
El queso de Los Corralillos lo venden en la propia quesería y aseguran que desde que ganó la medalla internacional, el queso curado "se vende como rosquillas".