La Provincia
"¡Profe, profe! ¿Se puede tocar?" Esa fue la pregunta más escuchada el viernes en la apertura de la Exposición de Ganado Selecto 2011. Más que las explicaciones de los maestros y monitores, los chiquillos sólo tenían ojos para las vacas frisonas y del país, las ovejas, las cabras o los cochinos negros.
El deseo irrefrenable de tocar todo lo que está al alcance de la mano, algo común en la mayoría de los niños, es el mejor aliado para despertar el interés por la vida en el campo. Por eso, la respuesta de los profesores fue que no sólo se puede tocar a los animales, sino que se debe.
Los escolares de Gáldar, Arucas o Agüimes parecían más sueltos en el trato cara a cara con los impresionantes toros que se exponen este año, pero los del colegio Galicia, del barrio capitalino deLa Isleta , apenas amagaron con pasar un dedo al otro lado de la reja. Luego, animados por los trabajadores de la Granja , algunos entraron a los pesebres de las terneras del país y comprobaron que son tan dóciles como un perro.
Cuando llegaron a las ovejas, ya se querían meter dentro del corral para caminar entre ellas y ver la trasquilá en primera fila. El maestro de las tijeras es el ganadero Enrique Naranjo, del pago terorense dela Cuesta Falcón , donde tiene un rebaño "casi por hobby". Mientras cortaba la lana, explicó a su joven audiencia que las ovejas se trasquilan una vez año, en abril las que están cerca de la costa, en mayo las de medianías y en junio las de la cumbre.
El otro punto de interés fue la trilla, en una improvisada era de picón donde los chiquillos dieron una vuelta arrastrados por los bueyes de José Rivero, de Arbejales, que presenta 12 cabezas en la exposición de este año. Aparte de los animales, los 400 escolares también se estrenaron como catadores de quesos, vieron cómo se elabora guarapo de caña de azúcar, aprendieron las técnicas para secar fruta y disfrutaron de unos zumos recién exprimidos.
La exposición de 1.500 cabezas de ganado se clausura hoy, enla Granja Agrícola de la carretera del Norte.
Fotografía: Una niña, con un baifo sobre sus hombros, mientras que el veterinario municipal de Agüimes, Samuel Rodríguez, enseña otro ejemplar a un grupo de alumnas.
El deseo irrefrenable de tocar todo lo que está al alcance de la mano, algo común en la mayoría de los niños, es el mejor aliado para despertar el interés por la vida en el campo. Por eso, la respuesta de los profesores fue que no sólo se puede tocar a los animales, sino que se debe.
Los escolares de Gáldar, Arucas o Agüimes parecían más sueltos en el trato cara a cara con los impresionantes toros que se exponen este año, pero los del colegio Galicia, del barrio capitalino de
Cuando llegaron a las ovejas, ya se querían meter dentro del corral para caminar entre ellas y ver la trasquilá en primera fila. El maestro de las tijeras es el ganadero Enrique Naranjo, del pago terorense de
El otro punto de interés fue la trilla, en una improvisada era de picón donde los chiquillos dieron una vuelta arrastrados por los bueyes de José Rivero, de Arbejales, que presenta 12 cabezas en la exposición de este año. Aparte de los animales, los 400 escolares también se estrenaron como catadores de quesos, vieron cómo se elabora guarapo de caña de azúcar, aprendieron las técnicas para secar fruta y disfrutaron de unos zumos recién exprimidos.
La exposición de 1.500 cabezas de ganado se clausura hoy, en
Fotografía: Una niña, con un baifo sobre sus hombros, mientras que el veterinario municipal de Agüimes, Samuel Rodríguez, enseña otro ejemplar a un grupo de alumnas.