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Fue una cuestión de suerte o pura casualidad. La víctima llevaba toda la noche del pasado domingo soportando que su hermano arrojara trozos de ladrillos y de cristales sobre su vivienda, ubicada en el Cruce de Arinaga, en cuya planta baja vive el presunto agresor. Cuando ya no pudo más, se desplazó al Cuartel de la Guardia Civil de Agüimes para presentar la correspondiente denuncia.
Justo en ese momento, ya en la madrugada del lunes, al parecer, su hermano, R.C.L., de unos 53 años, preparó un artefacto casero fabricado con botes de pintura y pesticidas, que manipuló de modo que generó una explosión que hizo arder la puerta de la vivienda de la víctima.
La suerte quiso que ésta apareciera poco después y pudiera apagar el incendio por sus propios medios cuando el fuego empezaba a tomar cuerpo. Tras su extinción, llamó a la Guardia Civil, cuyos agentes detuvieron a R.C.L.
El arrestado fue puesto a disposición judicial, quien lo dejó en libertad con cargos y decretó una orden de alejamiento de 500 metros de su hermano. Ambos están ahora pendientes de que se celebre el juicio para dilucidar el caso.
R.C.L. es un viejo conocido de las fuerzas de seguridad de Agüimes y Vecindario, según informaron fuentes cercanas al caso. Al parecer, este hombre cuenta con varios antecedentes policiales, todos referentes a delitos menores.
Las mismas fuentes señalaron que las disputas familiares, especialmente relacionadas con una herencia, podrían ser el motivo de todos los problemas que ha tenido el arrestado con sus hermanos. De hecho, al parecer, por el inmueble en el que se produjeron los hechos han pasado ya la mayor parte de los hermanos de R.C.L., y que también han ido abandonándolo progresivamente como consecuencia de los enfrentamientos surgidos con el supuesto agresor.
Fotografía: Vivienda en la que sucedieron los hechos. (C7)