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El Alcalde de Agüimes, Antonio Morales, firme defensor de un modelo sostenible para Canarias, analizó en el programa "La Trapera" de Radio San Borondón, la actualidad en torno a la obsesión política por introducir el gas en las islas, algo que directamente se relaciona con el Puerto de Arinaga y el de Granadilla, y afirma que parar disparates como el Puerto de Granadilla sólo es posible desde una contestación social abrumadora como ocurriera aquel día en que la ciudadanía de Tenerife salió a la calle y dijo no a las torres de Vilaflor o a la construcción de dicho puerto aquel 27 de noviembre de 2004, donde cien mil voces dejaron claro que no querían ese proyecto.
Antonio Morales dijo que la obsesión política por construir el Puerto de Granadilla llega a límites insospechados, por lo que llama a tratar de parar esta locura de construcción de una infraestructura innecesaria, llegando hasta donde haga falta por la vía jurídica y administrativa, tratando de encontrar todos los resquicios legales que puedan existir, al tiempo en que la sociedad civil organizada de Tenerife debe volver a ocupar las calles, mostrando públicamente el amplio rechazo que siempre ha despertado el muelle.
El Alcalde de Agüimes opina que la sociedad tinerfeña siempre ha sido un ejemplo de combatividad contra infraestructuras que suponen un monumento al despilfarro y un impacto ambiental irreversible, como ocurriera en su momento con las luchas contra el trazado de las torres eléctricas de Vilaflor, o contra el propio Puerto de Granadilla, donde se llevaron a cabo manifestaciones imponentes de las que fue testigo directo, por lo que anima a los colectivos sociales, ecologistas, vecinales y partidos progresistas a que articulen nuevamente una gran movilización e impidan que se construya el muelle.
Morales entiende que aunque las fuerzas políticas con representación institucional en Tenerife hayan dado los pasos para poder iniciar las obras del puerto y para tratar de acabar con la resistencia civil al proyecto, realmente la ciudadanía tinerfeña tiene que plantar cara a este tipo de disparates económicos y ecológicos.
Por último deja claro que sólo es posible hacer frente a este tipo de imposiciones sin sentido desde la lucha social y la participación ciudadana por conseguir un futuro mejor para nuestra tierra desde la sostenibilidad y no desde el desarrollismo promovido por los grandes partidos y los poderes económicos que han llenado de cemento nuestra tierra, llevándola a la complicada situación que hoy conocemos.
Antonio Morales dijo que la obsesión política por construir el Puerto de Granadilla llega a límites insospechados, por lo que llama a tratar de parar esta locura de construcción de una infraestructura innecesaria, llegando hasta donde haga falta por la vía jurídica y administrativa, tratando de encontrar todos los resquicios legales que puedan existir, al tiempo en que la sociedad civil organizada de Tenerife debe volver a ocupar las calles, mostrando públicamente el amplio rechazo que siempre ha despertado el muelle.
El Alcalde de Agüimes opina que la sociedad tinerfeña siempre ha sido un ejemplo de combatividad contra infraestructuras que suponen un monumento al despilfarro y un impacto ambiental irreversible, como ocurriera en su momento con las luchas contra el trazado de las torres eléctricas de Vilaflor, o contra el propio Puerto de Granadilla, donde se llevaron a cabo manifestaciones imponentes de las que fue testigo directo, por lo que anima a los colectivos sociales, ecologistas, vecinales y partidos progresistas a que articulen nuevamente una gran movilización e impidan que se construya el muelle.
Morales entiende que aunque las fuerzas políticas con representación institucional en Tenerife hayan dado los pasos para poder iniciar las obras del puerto y para tratar de acabar con la resistencia civil al proyecto, realmente la ciudadanía tinerfeña tiene que plantar cara a este tipo de disparates económicos y ecológicos.
Por último deja claro que sólo es posible hacer frente a este tipo de imposiciones sin sentido desde la lucha social y la participación ciudadana por conseguir un futuro mejor para nuestra tierra desde la sostenibilidad y no desde el desarrollismo promovido por los grandes partidos y los poderes económicos que han llenado de cemento nuestra tierra, llevándola a la complicada situación que hoy conocemos.