La ProvinciaLa defensa de Fernando Torres Baena alegará durante su juicio que las denuncias por abusos sexuales del denominado caso kárate, son parte de "un plan perfecto para barrer de un plumazo" su escuela de artes marciales, recoge el escrito de defensa presentado por su abogado, Ángel Luis Calonge Ramírez (en la imagen), el pasado 31 de enero.
La conspiración, siempre según la defensa, habría sido planeada por una serie de monitores que abandonaron el gimnasio de Torres Baena y buscaron "captar" a algunos de los deportistas que se ejercitaban bajo la dinámica del maestro karateca y que también se convirtieron en denunciantes. Este argumento será la principal baza que utilizará la defensa del maestro de artes marciales para defenderse de la acusación de abusos sexuales y corrupción de menores por el que la Fiscalía solicita un total de 303 años de prisión.
Según afirma el texto, los principales denunciantes de la trama abandonaron la escuela deportiva tras una reunión de Baena con toda su plantilla en la que les comunicó que iba a "reducir" entrenadores. Ellos fundaron una nueva escuela de kárate que trabó conflicto también con Baena pocos meses después, cuando éste, como Presidente de la Federación Insular de Kárate, les impidió participar en un campeonato regional.
El abogado que representa a Torres Baena encuentra que "en el inicio del caso existe una situación conflictiva, que podríamos denominar grave, entre una parte importante de los denunciantes que pudo dar lugar a la lucha por parte de la hegemonía de deportistas del mundo del kárate que en ese momento entrenaba Fernando". La denuncia, apunta el letrado, "coincidió en el contexto temporal con esta situación".
Sobre los informes psicológicos que afirman que las supuestas víctimas sufren estrés postraumático, Calonge asegura que en el juicio analizarán "el comportamiento, el entorno, las relaciones y cualquier dato de la vida de cualquiera de estas personas que me indiquen lo contrario..., y datos hay muchísimos". En su opinión, si sufrieron los abusos sexuales que han denunciado, y por los que les han diagnosticado estrés postraumático, "se podría apreciar en sus relaciones interpersonales. A mí no me basta con que el psicólogo lo diga. Vamos analizar si eso se corresponde efectivamente con el diagnóstico que los peritos han dado".
