El principal acusado del caso kárate, Fernando Torres Baena, se acogió ayer a su derecho de no responder a las preguntas formuladas por la
acusación particular.
Durante la segunda jornada de declaración de Torres Baena, los abogados de
la acusación particular han formulado, durante la primera parte de la sesión,
diferentes cuestiones a las que el imputado no ha dado respuesta. Asimismo, la acusación le ha mostrado diferentes pruebas que
se encontraron en los registros que la policía realizó en su
vivienda de Playa de Vargas.
En este sentido, una de las pruebas mostradas por la acusación ha sido el
libro titulado "Combate Supremo", del que Torres Baena es uno de sus autores.
Respecto a este documento, los abogados de la acusación formularon diferentes
cuestiones al principal imputado en el caso, en relación a su concepción del
kárate, el papel de la disciplina y obediencia o la relación entre maestro y
alumno.
Además, le preguntaron sobre la referencia que se hace a "los elegidos",
grupo que formaban los deportistas que mejores resultados obtenían y, en este
sentido, cuestionaron a Torres Baena por la relación que para él tenía la edad,
el sexo y el atractivo físico como aspectos para entrar en dicho grupo.
Torres Baena no contestó sobre este libro a la acusación. Sin embargo cuando
fue cuestionado por los abogados de la defensa por el mismo, matizó que "Combate Supremo" es un libro basado en una bibliografía, en diferentes
fundamentos e, incluso, afirmó que es recomendado por federaciones como libro
específico para deportes de combate.
De todos modos, la acusación también se refirió a otros libros encontrados
en su chalet de la Playa de Vargas sobre sectas y control mental, además de preguntarle sobre si
instaba a que los alumnos se llevaran mal con su familia o les hacía hincapié
en que el kárate era otra familia. También se le cuestionó si mantenía
relaciones sexuales de todo tipo, es decir, con adultos, menores o animales.
Respecto a este último tema, el abogado hizo constar preguntas que hablaban de declaraciones de testigos no personados que afirman que el sensei (maestro en japonés) masturbó y penetró a perros en su presencia y les explicó que su mujer, María José González, pasaba "varios días sin ducharse" para que los animales le lamieran la vagina.
Por su parte, Sergio Armario, abogado de Ivonne González, otra de las
imputadas, preguntó a Torres Baena sobre la testigo número 73, que con unos 20
años y procedente de Tenerife, impulsó junto a otras tres personas un gimnasio,
nutriéndose de los alumnos de Torres Baena, entre otros.
Al comienzo de la sesión, Torres Baena tuvo un pequeño
incidente con el juez del caso, Emilio Moya, ya que su señoría le advirtió
que se limitara a contestar a las preguntas.