El aviso naranja por altas temperaturas, decretado por la Agencia Estatal de Meteorología, dejó ayer temperaturas máximas
cercanas a los 37 grados en el interior de Fuerteventura y Lanzarote, así como
en las medianías del Sur de Gran Canaria. El bochorno se intensificó con una
lengua de polvo sahariano que barrió el archipiélago al completo y que se
espera que empiece a remitir a partir de hoy.
La intensa calima, que borró el horizonte en todas las islas, se ha llevado
el protagonismo en la segunda jornada de la ola de calor que azota al
Archipiélago y que, en Agüimes, se anotó uno de los valores más altos, registrando entre 35 y 36 grados.
Los cielos se cubrieron con un manto gris que intensificó el
bochorno en las zonas del interior. Desde primeras horas de la mañana la
visibilidad se vio reducida en toda la provincia de Las Palmas a unos tres
kilómetros de distancia.