Antonio Morales*
Con el miedo que nos han metido en el cuerpo por mor del escándalo de
Bankia, las cifras del paro, los devaneos de la Justicia, las dichosas
primas de riesgo, las amenazas de intervención a España y los demás sobresaltos
de cada día, parece que no suceden más cosas a nuestro alrededor. Y sin embargo,
suceden. Los grandes poderes oligárquicos de siempre no dejan de realizar
actuaciones para consolidar un modelo neoliberal que afianza el dominio de unos
pocos sobre la economía y la política y, por lo tanto, sobre el conjunto de la
sociedad y sus instituciones. Es, ni más ni menos, lo que está sucediendo con el
oligopolio eléctrico en las últimas semana cuando, a la chita callando, siguen
auspiciando un modelo clientelar comprando políticos y, al tiempo, presionando
para aumentar su poder y sus ganancias. Inflan una burbuja que, como la
bancaria y la inmobiliaria, nos está explotando en las manos de muchas y
dolorosas maneras sin que nadie ose ponerle coto, a pesar de todas las
advertencias.
Como quien no quiere la cosa, con escasísimo eco y casi de tapadillo, el
trust de la electricidad, el petróleo y el gas ha vuelto a mirar hacia la
política para hacer fichajes estrellas. Efectivamente, después de poner peones
en el Gobierno, como el actual Secretario de Estado de Energía, excargo de
Repsol, a finales de abril Iberdrola incorporó como consejero al exministro del
Interior del PP, Ángel Acebes y, un mes más tarde, la misma compañía contrató
como consejero de una de sus filiales a Ignacio López del Hierro, esposo de
María Dolores de Cospedal, la Presidenta de Castilla-La Mancha y Secretaria General del PP, que pasa a percibir alrededor de 50.000 euros al año por acudir
a una escasa docena de reuniones del consejo. Se suman así a la lista de
otros personajes incorporados al lobby: Felipe González, Aznar, Solbes, Elena
Salgado, Croissier, Atienza, Manuel Marín, Roca, Narcís Serra, Joan Majó,
José Luis Olivas, Josu Jon Imaz, José Folgado, Mª de los Ángeles Amador, Boyer,
Atutxa o el recién ascendido a "número dos" de Repsol, Nemesio
Fernández-Cuesta, Secretario de Estado de Energía con Aznar, entre otros. Sin
entrar en el detalle de lo que sucede en las comunidades autónomas.
Están muy bien arropados, como pueden comprobar, para presionar y presionar
todo el tiempo para conseguir, frente al alternativo de las renovables, el
mantenimiento de un modelo anquilosado, contaminante, carísimo y generador de
enormes ganancias tramposas. Por eso no dejan de salir todo el tiempo en
distintos medios de comunicación (en muchos de ellos son accionistas y en
otros no escatiman gastos) para pedir más recortes a las renovables como hizo
Rafael Villaseca (Gas Natural Fenosa) hace unos días. O para rechazar la
asunción del sobrecoste de la luz en las islas como exigió Andrea Brentan
(Endesa). O para demandar que se prescinda en estos momentos de las
energías limpias, se salde la deuda del déficit (24.000 millones han conseguido
sumar) antes del 2013 y que se suba de nuevo el recibo de la luz a los usuarios
como ha hecho el presidente de la patronal eléctrica Unesa, Eduardo
Montes.
Y no se les cae la cara de vergüenza, ni a ellos ni al Gobierno, claro, con
el informe que acaba de emitir la Comisión Europea en el que se cuestiona
radicalmente toda la política energética española. Para la CE en España el sistema
tarifario es ineficiente y la competitividad, insuficiente, porque está
favoreciendo una compensación excesiva por infraestructuras amortizadas como
las nucleares o la hidroeléctricas que cobran al precio de las otras
energías produciéndoles unos beneficios extraordinarios limpios de polvo y
paja. Igualmente considera que la moratoria a las renovables disuade a la
inversión en el sector y hace difícil que España alcance sus objetivos
energéticos y climáticos en el marco de la estrategia Europa 2020 y pide una "simplificación de los complejos procedimientos de autorización y planificación
y la supresión de otros obstáculos al desarrollo de las energías renovables".
No se trata de nada nuevo. Somos muchos los que venimos insistiendo en
ello desde hace tiempo: el déficit de tarifa es falso, es tramposo. Las
renovables no son más caras, han contribuido a bajar el precio de la
electricidad, sonenovables no son más caras, ademe romper la dependencia
exteriorolo desde hace mucho tiempo. El ds.er pol menos contaminantes, rompen
con la dependencia exterior, crean una industria alternativa, generan un nuevo
modelo económico en torno a la investigación y el desarrollo… Pero precisamente
por las presiones y las relaciones con el lobby se las desprestigia y se las
desprecia.
Somos el país de las paradojas imbéciles. Alemania, una auténtica referencia
económica para la derecha española, se ha propuesto liderar un proyecto de "economía verde" de futuro y hacer desaparecer la energía nuclear antes de 2022
con el objetivo de alcanzar en el 2050 la generación de un 80% de renovables,
un 50% de ahorro energético y un 80% de reducción de emisiones; Inglaterra ha
creado el Banco Verde de Inversiones con el que pretende destinar 245.000 millones
de euros a modificar su sistema energético; Dinamarca trabaja en una propuesta
para sustituir totalmente los fósiles en dos décadas; China, EEUU, India
Francia y otros países apuestan decididamente por un nuevo modelo energético… Y
aquí cabalgamos en sentido inverso: éramos la vanguardia mundial en tecnología
y empuje renovable y, fruto de una política errática torpe al servicio de las
eléctricas, se ha conseguido que todas las renovables entren en vía muerta a
partir de 2013 según la CNE. Y
es más, el IDAE se encuentra absolutamente paralizado en estos momentos sin que
en los presupuestos del gobierno aparezca ni un euro para este centro de
referencia internacional; las empresas españolas dedicadas a las renovables,
han tenido que irse al exterior para subsistir. Invirtiendo más de 30.000
millones, pero fuera; el desarrollo del decreto que nos permitiría apostar por
el balance neto, la generación distribuida, la paridad en red
(variantes para la democratización de la energía, para la creación de miles de
puestos de trabajos a través de pymes y para la autogeneración y autoconsumo)
permanece durmiendo en el sueño de la medianoche (en esto también Alemania nos
lleva una enorme delantera)…
Según EWEA, la
Asociación Europea de la Energía Eólica,
cada ciudadano de este continente paga más de 700 euros por las importaciones
de energía, cantidad que va en aumento a medida que suben los precios y los
recursos nacionales se agotan y, mientras tanto, han aumentado en más de
un 2% de media en el último año las emisiones de efecto invernadero; la ONU, a través del Panel de
Sostenibilidad Mundial ha pedido a los gobiernos que eliminen ante de 2020 más
de 400.000 millones de dólares en ayudas a los combustibles fósiles y a la
nuclear y garanticen el acceso universal a las energías limpias; la AIE pide que los subsidios
millonarios que se conceden a los fósiles se destinen a las renovables; EEUU
solicita a España seguridad jurídica para poder seguir apostando por la
inversión… Pero aquí solo miramos por los intereses de las eléctricas. Sí, esas
con importantes políticos en sus filas, esas que se entienden perfectamente con
los partidos mayoritarios…Las mismas que ya tienen garantizada una nueva subida
de la luz en las próximas semanas avalando una bajada del TUR que obliga a los
consumidores a abastecerse en el mercado controlado por el cártel eléctrico
y legitimando una nueva subida de los peajes de acceso (transporte y
distribución fundamentalmente) lo que implicaría un aumento notable (en más de
un 20%) de los costes de la factura eléctrica. Juegan con la luz para sumirnos
en las tinieblas.
*Antonio Morales es Alcalde de Agüimes.