Celebración de la Eucaristía en Arinaga |
La Provincia
"Muchos fieles que han hecho una promesa a la Virgen del Pino me
preguntan si es lo mismo ir a Teror que venir a Arinaga. El párroco de la
iglesia de Arinaga, Jesús Vega, asegura que a todos los que le han planteado
esto les ha dicho que 'la
Virgen les va a escuchar igual". En esto coincide
Francisco Alemán, que cuenta que llegó a Arinaga para vivir con su abuelo hace
75 años y ya va por los 82 cumplidos. "Esta Virgen también está en el
Cielo y se le puede pedir lo mismo" declaraba ayer a las puertas de la iglesia
durante la celebración de la eucaristía. Además, añadía que nunca había sentido
necesidad de ir hasta Teror el día del Pino.
"En el fondo es igual una que otra, aunque me han dicho que esta no es la Virgen del Pino sino la de
los Reyes por los helechos que lleva detrás". Mari Cabrera, tras treinta
años acudiendo a la celebración de Arinaga, coincidía ayer con el planteamiento
del párroco. Eran las siete y diez minutos de la tarde y como en la iglesia no
cabía nadie fueron muchos los que tuvieron que quedarse fuera. El ruido de las
atracciones infantiles hace que resulte una tarea complicada escuchar al
sacerdote Menderico Vicente, que llegó de Lantadilla, Palencia, para oficiar la
misa. Aún así, todos esperan que acabe la misa para seguir la procesión por las
calles del pueblo.
El apego la imagen es tal que Micaela Pérez y su marido Juan Ramos no
recordaban la última vez que acudieron a la Villa Mariana para
festejar el día de la
Patrona. "Fuimos una vez por las Marías pero como había
mucha gente y nos agobiamos no hemos ido más" confesaban estos
octogenarios, al tiempo que recordaban los tiempos de la construcción de la
iglesia, allá por el año 1948, cuando "en Arinaga sólo habían piedras para
los hornos de cal y tomateros".
Pero también hay quienes siguen peregrinando a Teror y a Arinaga. Es el caso
de Andrés Curbelo, que aunque se trasladó a Fuerteventura por razones de
trabajo, aprovecha que está de vacaciones para "cumplir con las dos
vírgenes". Según manifestó el pasado viernes fue en guagua con sus
hermanos a Teror y ayer estaba en barrio de Arinaga para acompañar a la imagen
en la procesión.
La misma costumbre la mantiene Candelaria Cabrera, vecina de Arinaga, que
confesó cuando escuchaba la homilía desde una de las puertas del templo, que
"le gusta visitar a las dos imágenes". Así, el pasado viernes estuvo
en la ofrenda de Teror, y ayer en la misa y procesión en este pago de Agüimes.
Hasta de Arucas se acercaron ayer hasta este pequeño templo. María Luisa
Rivero, vecina de este municipio norteño, explicó que lleva ya "cuatro
años bajando a Arinaga para huir de la multitud de Teror". Comentó que
acudió a la baja da de la
Virgen a la
Basílica el pasado miércoles pero el día de la festividad
"tira hacia el Sur para evitar tanto jaleo de gente".
Por el mismo motivo Cecilia Díaz y su marido, naturales de Artenara, pero
residentes en Vecindario desde hace dos décadas, eligen Arinaga cada 8 de
septiembre. Si bien tampoco han dejado a un lado las visitas a Teror, Cecilia
aclara que "le reza tanto a una Virgen como a la otra".
En Arinaga la festividad del Pino comenzó bien temprano. A las ocho y media
de la mañana salieron los peregrinos desde el Cruce de Arinaga con rumbo al
templo situado cerca de la avenida que llega a la playa. El párroco Jesús Vega
que encabezó la caminata, estimó que cerca de unos seiscientos vecinos habían
participado en esta marcha. Después se celebró la misa de los peregrinos y por
la tarde tuvo lugar la solemne celebración religiosa concelebrada por varios
sacerdotes. En la homilía el oficiante, el cura de Palencia, animó a los
asistentes a seguir el ejemplo de la Virgen María que "no se acobardó pese a
todos los problemas que tuvo" en su vida. En este sentido, apuntó que por
muchas dificultades que surjan bien sean económicas, de salud o incluso de fe
"hay que seguir luchando como hizo María".
A eso de las ocho de la tarde unos pocos voladores anunciaron que las
imágenes de la Virgen
del Pino y del copatrón San José salían de la iglesia para emprender el
recorrido por las calles del pueblo. Los fieles se apostaron tras cada uno de
los tronos para acompañar a los santos en el paseo por las calles Arinaga. Bajo
el sonido de la banda municipal de Agüimes y la banda de cornetas y tambores La Salle vecinos de este
localidad de Aguïmes y visitantes llegados hasta del Norte de la Isla realizaron el segundo
camino del día esa vez acompañados de la imagen de su Patrona.