9 de septiembre de 2012

Arinaga veneró a Nuestra Señora la Virgen del Pino

Domingo, 09 de septiembre.

Celebración de la Eucaristía en Arinaga
La Provincia
"Muchos fieles que han hecho una promesa a la Virgen del Pino me preguntan si es lo mismo ir a Teror que venir a Arinaga. El párroco de la iglesia de Arinaga, Jesús Vega, asegura que a todos los que le han planteado esto les ha dicho que 'la Virgen les va a escuchar igual". En esto coincide Francisco Alemán, que cuenta que llegó a Arinaga para vivir con su abuelo hace 75 años y ya va por los 82 cumplidos. "Esta Virgen también está en el Cielo y se le puede pedir lo mismo" declaraba ayer a las puertas de la iglesia durante la celebración de la eucaristía. Además, añadía que nunca había sentido necesidad de ir hasta Teror el día del Pino.
"En el fondo es igual una que otra, aunque me han dicho que esta no es la Virgen del Pino sino la de los Reyes por los helechos que lleva detrás". Mari Cabrera, tras treinta años acudiendo a la celebración de Arinaga, coincidía ayer con el planteamiento del párroco. Eran las siete y diez minutos de la tarde y como en la iglesia no cabía nadie fueron muchos los que tuvieron que quedarse fuera. El ruido de las atracciones infantiles hace que resulte una tarea complicada escuchar al sacerdote Menderico Vicente, que llegó de Lantadilla, Palencia, para oficiar la misa. Aún así, todos esperan que acabe la misa para seguir la procesión por las calles del pueblo.
El apego la imagen es tal que Micaela Pérez y su marido Juan Ramos no recordaban la última vez que acudieron a la Villa Mariana para festejar el día de la Patrona. "Fuimos una vez por las Marías pero como había mucha gente y nos agobiamos no hemos ido más" confesaban estos octogenarios, al tiempo que recordaban los tiempos de la construcción de la iglesia, allá por el año 1948, cuando "en Arinaga sólo habían piedras para los hornos de cal y tomateros".
Pero también hay quienes siguen peregrinando a Teror y a Arinaga. Es el caso de Andrés Curbelo, que aunque se trasladó a Fuerteventura por razones de trabajo, aprovecha que está de vacaciones para "cumplir con las dos vírgenes". Según manifestó el pasado viernes fue en guagua con sus hermanos a Teror y ayer estaba en barrio de Arinaga para acompañar a la imagen en la procesión.
La misma costumbre la mantiene Candelaria Cabrera, vecina de Arinaga, que confesó cuando escuchaba la homilía desde una de las puertas del templo, que "le gusta visitar a las dos imágenes". Así, el pasado viernes estuvo en la ofrenda de Teror, y ayer en la misa y procesión en este pago de Agüimes.
Hasta de Arucas se acercaron ayer hasta este pequeño templo. María Luisa Rivero, vecina de este municipio norteño, explicó que lleva ya "cuatro años bajando a Arinaga para huir de la multitud de Teror". Comentó que acudió a la baja da de la Virgen a la Basílica el pasado miércoles pero el día de la festividad "tira hacia el Sur para evitar tanto jaleo de gente".
Por el mismo motivo Cecilia Díaz y su marido, naturales de Artenara, pero residentes en Vecindario desde hace dos décadas, eligen Arinaga cada 8 de septiembre. Si bien tampoco han dejado a un lado las visitas a Teror, Cecilia aclara que "le reza tanto a una Virgen como a la otra".
En Arinaga la festividad del Pino comenzó bien temprano. A las ocho y media de la mañana salieron los peregrinos desde el Cruce de Arinaga con rumbo al templo situado cerca de la avenida que llega a la playa. El párroco Jesús Vega que encabezó la caminata, estimó que cerca de unos seiscientos vecinos habían participado en esta marcha. Después se celebró la misa de los peregrinos y por la tarde tuvo lugar la solemne celebración religiosa concelebrada por varios sacerdotes. En la homilía el oficiante, el cura de Palencia, animó a los asistentes a seguir el ejemplo de la Virgen María que "no se acobardó pese a todos los problemas que tuvo" en su vida. En este sentido, apuntó que por muchas dificultades que surjan bien sean económicas, de salud o incluso de fe "hay que seguir luchando como hizo María".
A eso de las ocho de la tarde unos pocos voladores anunciaron que las imágenes de la Virgen del Pino y del copatrón San José salían de la iglesia para emprender el recorrido por las calles del pueblo. Los fieles se apostaron tras cada uno de los tronos para acompañar a los santos en el paseo por las calles Arinaga. Bajo el sonido de la banda municipal de Agüimes y la banda de cornetas y tambores La Salle vecinos de este localidad de Aguïmes y visitantes llegados hasta del Norte de la Isla realizaron el segundo camino del día esa vez acompañados de la imagen de su Patrona.