Antonio Estupiñán*
Como todos los años, con la llegada de la Navidad llegamos a unas
fechas memorables que simboliza el regreso de Nuestro Redentor, el Niño
Dios, a este mundo para la alegría de millones del mundo cristiano, que
ya perdura más de dos milenios.
Estas fechas de la Pascua del Señor con el Niño Dios (de fondo) se
realza por todo lo alto para millones de familia que lo viven y lo
disfrutan en compañías de sus seres más queridos en forma de agasajos,
comidas,
regalos y por supuestos los clásicos “Reyes Magos” que dejan contentos y
felices no sólo a los niños sino también a los adultos, porque son unas
fechas
grandiosas para las familias ricas, familias modestas y también para
millones
de familias (que aunque pobres) los están ganando con los sudores de sus
trabajos y sus esfuerzos, en una palabra, son Navidades alegres,
fraternales y
de convivencia mutua. Atrás queda ese otro desconocido mundo, donde
millones de
familias en pleno siglo XXI siguen viviendo bajo el “azote del umbral de
la pobreza”
y donde maltrechamente no tienen “un pedazo de pan” en que llevarse a la
boca,
esas familias desprotegidas, sin trabajo (muchos de ellos sin un techo
en donde
cobijarse) y donde muchos por causas del llamado “azote inmobiliario del
siglo
XXI” lo han perdido todo, están suplicando al “Niño Dios” en estas
divinas
fechas de la Pascuas
del Señor, un poco de solidaridad en forma de un trabajo, del sustento
en forma
de comidas en donde remediar su hambre ó de una solución que parece “no
llegar
nunca” en pró de sus irremediables males. En una palabra, seguimos
viviendo
para unos la suma tranquilidad, la abundancia y por supuesto los
despilfarros
económicos y para muchos las angustias y los padecimientos de…ser
pobres,
muchos de ellos en situaciones extremas.
Por todo ello, seguimos pidiendo al Niño Dios, su
protección para los que no tienen nada y que cada día que pasa les cuesta un
suplicio vivir en su lucha por la supervivencia, contribuyamos en ayudarles en
mitigar sus desgracias que este cruel e injusto mundo en que nos ha tocado
vivir sean mas “justos” con nuestros hermanos que son los mas desfavorecidos y
los mas necesitados.
*Antonio Estupiñán fue decano de los corresponsales informativos de la prensa escrita en Gran Canaria y colaborador habitual de medios digitales.