El ministro José Manuel Soria en una imagen de archivo |
Roque Aguayro
Hace muy pocos días, el ministro José Manuel Soria se ha sacado de la chistera un anteproyecto de ley encaminado a regular el suministro eléctrico a los sistemas insulares y extrapeninsulares. Hasta aquí ninguna objeción. Es su competencia. Pero... Efectivamente, existen varios peros.
Si bien estamos de acuerdo con que se limite el monopolio de Endesa en determinadas prácticas que producen indefensión en la ciudadanía, la propuesta tiene trampa. Mejor dicho, tiene muchas trampas.
1.- A la hora de variar el modelo, no se ha contado para nada con el Gobierno de Canarias, por lo que la proposición nace viciada y se convierte en carde de un contencioso institucional.
2.- Se traspasa la central hidroeléctrica de Chira-Soria a Red Eléctrica y se le quita de las manos a Endesa, adjudicataria de la infraestructura por parte del Cabildo de Gran Canaria. Esto significa que esta obra, imprescindible para el almacenamiento de las energías renovables, puede sufrir un retraso de muchísimos años, dado que se prevé una larga batalla judicial entre el Estado y Endesa, además del pago de cuantiosas indemnizaciones. Un nuevo freno a las energías limpias.
3.- Se abre la puerta a la introducción en Canarias de una técnica peligrosísima y altamente contaminante: el fracking o fractura hidráulica. Se trata de sacar petróleo o gas del interior de la tierra consumiendo mucha agua, contaminando los acuíferos con infinidad de productos químicos, evacuando a la atmósfera gases radiactivos y mucho metano (uno de los mayores inductores del calentamiento global) y, finalmente, provocando seísmos de distintas intensidades.
4.- Se expropia a Gascan el proyecto de implantación del gas en Canarias y se pasa a manos de Enagás, una empresa participada en un 21% por el Estado y el resto por fondos árabes, y pone a su mano derecha en Canarias, la exconsejera del Cabildo de Gran Canaria, Rosa Rodríguez, como consejera de esta empresa. La intención está muy clara: pretende impulsar la entrada del gas en esta tierra, mientras se ha paralizado en la península desde el año pasado por su carácter ruinoso y por resultar más caro que la eólica.
Dice el canario Subsecretario de Industria que su ministerio "no renuncia a nada" a la hora de generar energía para Canarias, pero Roque Aguayro afirma con rotundidad que es afirmación no es cierta. Se apuesta por el fracking o por el gas, pero se frena una y otra vez a las renovables, paralizando el régimen especial de retribuciones, poniendo pegas con las afecciones aeroportuarias, impidiendo los accesos de la energía a la red, etc.
Roque Aguayro defiende un modelo alternativo de energías limpias para este archipiélago atlántico y muestra su más rotunda oposición a que se implante el gas en Arinaga o donde sea y a que se permita la fractura hidráulica en un territorio tan frágil como el nuestro. Roque Aguayro luchará con todas sus fuerzas en la calle, en la Justicia y en las administraciones para evitar la implantación de un modelo caduco, contaminante y peligroso.