La consejera socialista Isabel Guerra, en una imagen de archivo |
“El Gobierno Insular
debe proteger el palmeral de Gran Canaria”. Así lo aseveró la consejera
socialista, Isabel Guerra, quien dio a conocer ayer a los medios de
comunicación una moción, que registró el pasado viernes, 10 de mayo, que
defenderá el próximo martes, 21 de mayo, en la Comisión del Pleno de
Infraestructuras, Territorio, Medio Natural, Patrimonio y Aguas, para exigir al
Gobierno Insular la protección de la palmera canaria.
La consejera socialista,
Isabel Guerra, indicó que desde septiembre hasta el día de hoy han desaparecido
al menos 12 palmeras en el Parque de San Telmo de la capital grancanaria que
estaban afectadas por la diocalandra, “palmeras que ya no forman parte de
nuestro paisaje, caracterizado por su presencia, que forma parte de nuestra identidad”. La diocalandra, más
conocida como Picudín, es “un bicho que se posa en la palmera y la va matando
poco a poco. Primero se seca, luego las hojas van cayendo y se van desplumando,
como vemos que está sucediendo a algunas palmeras de las que ustedes pueden ver
en San Telmo”. También informó de que, según datos del Plan Insular para la
Conservación y Gestión de las
Palmeras de Gran Canaria, el 20% del suelo de la Isla está dotado de palmeras
canarias. “Nos preocupa que sólo en Las Palmas de Gran Canaria este virus pueda
afectar a las 40.000 palmeras canarias que existen en la capital”, detalló.
Mediante esta
iniciativa, los socialistas piden el Gobierno Insular, en primer lugar, que, en
colaboración con el departamento fitopatológico de la Granja Agrícola del
Cabildo y en coordinación con los ayuntamientos, se estudie el estado actual de
los palmerales silvestres de Gran Canaria, de alto valor paisajístico y
natural, dando parte a la Consejería de Agricultura, Ganadería y Pesca del
Gobierno de Canarias, en caso de comprobar la existencia de focos, para que
ponga en ejecución inmediata las medidas que le corresponden.
En segundo lugar, solicitan
que se impulse “con más determinación” la ejecución de las propuestas
contenidas en el Plan Insular para la Conservación y Gestión de las Palmeras de Gran Canaria, estableciéndose
áreas de seguridad, protección y control de plagas y enfermedades e informando
a los ayuntamientos y particulares de los tratamientos de saneamiento y poda
para evitar su propagación de las plagas y enfermedades.
Por último, los socialistas
sugieren que se estudie la posibilidad de convocar unas jornadas técnicas sobre
la Phoenix Canariensis, en la que
participen personal especializado, agentes forestales y civiles e instituciones
nacionales, autonómicas y locales.
La consejera explicó que
en los últimos años, en Gran Canaria la palmera ha sido amenazada por plagas
como las del picudo rojo y la diocalandra; ésta última ha afectado a palmerales
protegidos como el del Parque Tony Gallardo, en Maspalomas, “causando un
deterioro importante en ejemplares de palmera cuya longevidad pudiera estar por
encima del centenario y constituyen, junto con el Monumento Natural del Roque
Nublo, el icono más representativo del paisaje y la imagen insular”.
Muchos ejemplares de
palmera canaria ornamental están sufriendo deterioro importante en municipios
como Telde, Ingenio, Agüimes, Santa Lucia, San Bartolomé de Tirajana, y Mogán…
El corredor sur y sureste presenta una “preocupante y alarmante situación, que
pudiera estar extendiéndose a reservas paisajísticas de esta importante especie
autóctona, como Arteara o Fataga, en San Bartolomé de Tirajana, o el palmeral
de Santa Lucía de Tirajana, hasta llegar a zonas más profundas de esos lugares,
desde el risco de San Andrés al
barranquillo de Soria”.
Guerra señala que
también está “gravemente afectada” la zona norte de la Isla, destacando Las
Palmas de Gran Canaria, con más de 40.000 ejemplares con afectación manifiesta,
“siendo quizá lo más llamativo la
muerte masiva de los ejemplares de El Lasso, que han levantado la voz de
alarma de diferentes colectivos de nuestra capital, que achacan estas muertes a
la falta de riego y al abandono del palmeral por parte del ayuntamiento”,
explica Guerra.
Saliendo de Las Palmas
de Gran Canaria por la GC-2, a la altura de Tinoca y Costa Ayala, el panorama
es “desolador”; “alarma visualizar la tala masiva de ejemplares de Phoenix
Canariensis, reduciendo a cero los más de treinta ejemplares que allí se
encontraban. También por la carretera del Centro, desde el Pambaso hasta
Sataute, podemos apreciar a golpe de vista individuos afectados o muertos”,
indica Guerra.