17 de mayo de 2013

Isabel Guerra reclama al Cabildo de Gran Canaria que proteja el palmeral de Gran Canaria

La consejera socialista Isabel Guerra, en una imagen de archivo
Viernes, 17 de mayo.

“El Gobierno Insular debe proteger el palmeral de Gran Canaria”. Así lo aseveró la consejera socialista, Isabel Guerra, quien dio a conocer ayer a los medios de comunicación una moción, que registró el pasado viernes, 10 de mayo, que defenderá el próximo martes, 21 de mayo, en la Comisión del Pleno de Infraestructuras, Territorio, Medio Natural, Patrimonio y Aguas, para exigir al Gobierno Insular la protección de la palmera canaria.
La consejera socialista, Isabel Guerra, indicó que desde septiembre hasta el día de hoy han desaparecido al menos 12 palmeras en el Parque de San Telmo de la capital grancanaria que estaban afectadas por la diocalandra, “palmeras que ya no forman parte de nuestro paisaje, caracterizado por su presencia, que forma parte de  nuestra identidad”. La diocalandra, más conocida como Picudín, es “un bicho que se posa en la palmera y la va matando poco a poco. Primero se seca, luego las hojas van cayendo y se van desplumando, como vemos que está sucediendo a algunas palmeras de las que ustedes pueden ver en San Telmo”. También informó de que, según datos del Plan Insular para la Conservación y Gestión  de las Palmeras de Gran Canaria, el 20% del suelo de la Isla está dotado de palmeras canarias. “Nos preocupa que sólo en Las Palmas de Gran Canaria este virus pueda afectar a las 40.000 palmeras canarias que existen en la capital”, detalló.
Mediante esta iniciativa, los socialistas piden el Gobierno Insular, en primer lugar, que, en colaboración con el departamento fitopatológico de la Granja Agrícola del Cabildo y en coordinación con los ayuntamientos, se estudie el estado actual de los palmerales silvestres de Gran Canaria, de alto valor paisajístico y natural, dando parte a la Consejería de Agricultura, Ganadería y Pesca del Gobierno de Canarias, en caso de comprobar la existencia de focos, para que ponga en ejecución inmediata las medidas que le corresponden.
En segundo lugar, solicitan que se impulse “con más determinación” la ejecución de las propuestas contenidas en el Plan Insular para la Conservación y Gestión  de las Palmeras de Gran Canaria, estableciéndose áreas de seguridad, protección y control de plagas y enfermedades e informando a los ayuntamientos y particulares de los tratamientos de saneamiento y poda para evitar su propagación de las plagas y enfermedades.
Por último, los socialistas sugieren que se estudie la posibilidad de convocar unas jornadas técnicas sobre la  Phoenix Canariensis, en la que participen personal especializado, agentes forestales y civiles e instituciones nacionales, autonómicas y locales.
La consejera explicó que en los últimos años, en Gran Canaria la palmera ha sido amenazada por plagas como las del picudo rojo y la diocalandra; ésta última ha afectado a palmerales protegidos como el del Parque Tony Gallardo, en Maspalomas, “causando un deterioro importante en ejemplares de palmera cuya longevidad pudiera estar por encima del centenario y constituyen, junto con el Monumento Natural del Roque Nublo, el icono más representativo del paisaje y la imagen insular”.
Muchos ejemplares de palmera canaria ornamental están sufriendo deterioro importante en municipios como Telde, Ingenio, Agüimes, Santa Lucia, San Bartolomé de Tirajana, y Mogán… El corredor sur y sureste presenta una “preocupante y alarmante situación, que pudiera estar extendiéndose a reservas paisajísticas de esta importante especie autóctona, como Arteara o Fataga, en San Bartolomé de Tirajana, o el palmeral de Santa Lucía de Tirajana, hasta llegar a zonas más profundas de esos lugares, desde el  risco de San Andrés al barranquillo de Soria”.
Guerra señala que también está “gravemente afectada” la zona norte de la Isla, destacando Las Palmas de Gran Canaria, con más de 40.000 ejemplares con afectación manifiesta, “siendo quizá lo más llamativo la  muerte masiva de los ejemplares de El Lasso, que han levantado la voz de alarma de diferentes colectivos de nuestra capital, que achacan estas muertes a la falta de riego y al abandono del palmeral por parte del ayuntamiento”, explica Guerra.
Saliendo de Las Palmas de Gran Canaria por la GC-2, a la altura de Tinoca y Costa Ayala, el panorama es “desolador”; “alarma visualizar la tala masiva de ejemplares de Phoenix Canariensis, reduciendo a cero los más de treinta ejemplares que allí se encontraban. También por la carretera del Centro, desde el Pambaso hasta Sataute, podemos apreciar a golpe de vista individuos afectados o muertos”, indica Guerra.