Olivia Suárez, en la Playa de Arinaga, durante la entrevista |
La Provincia
El día de su cumpleaños, el 27
de septiembre, Olivia Suárez tendrá el regalo más grande e inesperado: el
nacimiento de sus tres hijos.
Esta mujer, residente en Agüimes, va a ser madre
por segunda vez gracias al servicio público de fecundación in vitro del
Hospital Universitario Insular Materno Infantil de la capital grancanaria. Su
caso es, por sus características el primero que ocurre en este centro
sanitario.
"En el año 2000 me
diagnosticaron endometriosis y me quitaron parte de un ovario, lo que podía ser
una causa de infertilidad. Antes de reformar la ley tenías que estar dos años
sin poder quedarte embarazada para acceder a la pública. Primero te remiten al
ginecólogo de zona, donde hacen pruebas a la pareja y más tarde a la Unidad de
Reproducción Humana del Materno, donde las repiten. Allí te dicen el tipo de
tratamiento que tienes que realizar. Mi primer hijo decidí tenerlo en 2007 y
tuve que esperar hasta 2009 para la primera fecundación in vitro", explica
Olivia. Así engendró a su hijo José Antonio.
A los tres años, su marido y ella
decidieron ampliar la familia, por lo que tuvo que someterse a una segunda
fecundación in vitro. De los nuevos cuatro embriones creados le implantaron dos
en enero de 2013. Es entonces cuando la naturaleza juega su parte: uno de los
dos embriones se dividió y por ello surgieron tres fetos, dos niñas, que
comparten bolsa y serán idénticas, y un niño en la otra bolsa.
"Fue para todos una
sorpresa. Al ser un embarazo con gravedad intermedia, el personal del hospital
me dice que vaya con cautela. Cada 15 días tengo que ir al Materno para pasar
los controles y ver la evolución del embarazo", comenta.
Olivia Suárez agradece al
personal del hospital sus "esfuerzos y amabilidad" y la implicación
de la gente cercana y de los desconocidos con un embarazo por el que el
matrimonio tendrá que cambiar de coche, reformar la casa y gastar grandes
cantidades de dinero en guarderías y alimentos.
Sobre la nueva reforma de la
reproducción asistida, expresa su rechazo. "El ser madre no tiene
condición sexual ni estado civil, es un instinto. No tienes que esperar a tu
pareja ideal ni tener al lado a alguien del mismo sexo", dice Olivia.