Carlos Gallo*
En 1986 me transformé en emigrante junto a mi familia, formada por esposa y cuatro hijos y, aunque desde hace muchos años nos consideramos ex inmigrantes, y nos sentimos muy integrados en el Sureste de Gran Canaria, sí por el resto de la vida, se siguen sufriendo las consecuencias colaterales de abandonar el entorno de la familia formada por los padres, hermanos, abuelos, tíos, sobrinos, etc., sin olvidar toda la familia política y todo, a pesar que la emigración tenga la finalidad del bienestar de la propia familia a partir de los hijos.
Normalmente, cuando te llaman por teléfono desde tu país de origen (Argentina en nuestro caso), y no es en una hora habitual o una llamada esperada, la incertidumbre de una mala noticia, con fallecimiento incluido, se mantiene hasta las primeras palabras de la conversación.
En mi caso personal, hasta ayer disfruté durante 27 años de que la mencionada llamada relacionada con mis padres no llegaba, pero el día llegó y estaba relacionada con mi padre, que nos dejó el 10 de agosto a los 86 años y, lo más importante, sin ninguna enfermedad de las que generan sufrimiento.
Las nuevas tecnologías forman parte de nuestra vida diaria y, para no ser menos, recibí la noticia mediante el sistema denominada Whatsapp, medio utilizado desde los días previos para transmitir las informaciones del desarrollo de los acontecimientos a tiempo real.
Mi padre, Sergio Antonio Gallo, visitó Gran Canaria en 1994 y en 2006, disfrutando, durante su permanencia en el Cruce de Arinaga, del municipio de Agüimes y del resto de Gran Canaria, sin olvidar que en 1052 pasó en barco por el Puerto de Las Palmas de Gran Canaria, durante el viaje de regreso desde Italia a Argentina, junto a mi madre y al causante de ese retorno apresurado que eran los 6 meses de embarazo de mi gestación, lo cual pudo ser el origen de mi emigración de Argentina a Gran Canaria, 34 años después.
Desde el año 2006, en la Iglesia de San Rafael de Vecindario está entronizada una réplica de la Virgen Nuestra Señora de Luján, patrona de Argentina, que mi familia trajo directamente desde Luján, en Argentina, y mi padre, Sergio Antonio, se encargó de gran parte de los trámites que fueron necesarios en Argentina, incluida la bendición especial realizada en Morón por Monseñor Presas (ya fallecido), máximo conocedor de la historia de la mencionada virgen.
Papi, descansa en paz.
*Carlos Gallo es colaborador de las tertulias políticas de Radio Agüimes Onda Libre. (morongps@hotmail.com)