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| Fotograma de la película "La luz de Mafasca" |
Mañana tendra lugar en la Casa Museo Orlando Hernández de Agüimes, a partir de las 19.00 horas, una doble sesión de cine, con la proyección de las películas "La luz de Mafasca", de Zacarías de la Rosa, y "La última isla", de Dácil Pérez de Guzmán.
Estas proyecciónes se incluyen en la programación del Circuito Canario de Cine Islas de Cine, organizado por el área de Cultura del Gobierno de Canarias, con la colaboración de la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Agüimes, que participa en el mismo desde su puesta en marcha, y cuyo objetivo es incrementar el conocimiento de la cinematografía canaria por parte del público en general.
Fuerteventura ha servido como fuente de inspiración y como plató de cine natural para la película "La luz de Mafasca", un thriller fantástico de 90 minutos de duración grabado en un formato de alta definición.
El largometraje, que cuenta en su reparto con Lorenza Machín, Javier Albalá, Carlos Arocha, Patricia Alvarez, Alba Cabrera, Guacimara de Elízaga y Luifer Rodríguez, narra la vida de Tahísa y Paula en una pequeña isla rodeada de misterios con los que, pese a todo, han terminado por aprender a convivir. Su tranquila rutina del día a día se desmorona en el momento en que irrumpe en sus vidas Ico, una periodista que investiga el siempre sorprendente fenómeno de la luz de Mafasca.
El director, Zacarías de la Rosa, señala que su película se sitúa "entre el sueño, la realidad y la leyenda. La luz de Mafasca se localiza en Fuerteventura y no tiene ruta fija. Aparece en mitad de la oscuridad de la noche y tiene forma de bola incandescente. Su tamaño oscila entre un cigarro encendido y una pelota de baloncesto. Y es que, añade, según los lugareños, posee un comportamiento inteligente: la luz parece reaccionar con las emociones de los testigos".
La segunda película, "La última isla", es un cuento mágico que narra la aventura de una niña de 10 años, Alicia, urbanita y enganchada a las nuevas teconologías, cuyos padres la envían en verano a una isla remota al cuidado de una tía curandera que ni siquiera conoce y a la que ve, al principio, como una peligrosa bruja.
Allí, Alicia comienza su aventura aburrida y disgustada, sin saber cómo divertirse en un lugar donde no hay televisión ni funcionan los móviles, pero poco a poco irá descubriendo otra manera de ver el mundo, otra forma de utilizar la imaginación y de abrir la mente y otros aspectos de sí misma que no sabía que existían. Y conoce a los dos únicos niños que viven en el pueblo y a Fermín, un loco que a veces parece un niño y a veces un sabio.
La película, que está protagonizada por Carmen Sánchez, Julieta Serrano, Eduardo Velasco, Antonio Bechent, Maite Sandoval, Pablo Paredes, Lucía Paredes, Virginia Avila y Xavier Boada, está inspirada en los recuerdos infantiles de la directora que, de niña, pasaba todos los veranos en la isla de El Hierro donde, según sus propias palabras, "entabló una relación con la naturaleza, los fenómenos meteorológicos y cosas mágicas que aquí parecen normales".
La segunda película, "La última isla", es un cuento mágico que narra la aventura de una niña de 10 años, Alicia, urbanita y enganchada a las nuevas teconologías, cuyos padres la envían en verano a una isla remota al cuidado de una tía curandera que ni siquiera conoce y a la que ve, al principio, como una peligrosa bruja.
Allí, Alicia comienza su aventura aburrida y disgustada, sin saber cómo divertirse en un lugar donde no hay televisión ni funcionan los móviles, pero poco a poco irá descubriendo otra manera de ver el mundo, otra forma de utilizar la imaginación y de abrir la mente y otros aspectos de sí misma que no sabía que existían. Y conoce a los dos únicos niños que viven en el pueblo y a Fermín, un loco que a veces parece un niño y a veces un sabio.
La película, que está protagonizada por Carmen Sánchez, Julieta Serrano, Eduardo Velasco, Antonio Bechent, Maite Sandoval, Pablo Paredes, Lucía Paredes, Virginia Avila y Xavier Boada, está inspirada en los recuerdos infantiles de la directora que, de niña, pasaba todos los veranos en la isla de El Hierro donde, según sus propias palabras, "entabló una relación con la naturaleza, los fenómenos meteorológicos y cosas mágicas que aquí parecen normales".
