Antonio Estupiñán*
Como es tradición todos los años
por estas fechas, la llegada de las fiestas navideñas, Año Nuevo y los Santos
Reyes representan para millones de hogares españoles y cientos de miles de
hogares canarios, la sana alegría de unas memorables fiestas donde la concordia,
la amistad y la unión fraternal es el cordón umbilical hacia el recogimiento
del espíritu cristiano y divino. Siguiendo el anagrama social que va desde los
mas pudientes hasta llegar a los menos favorecidos, sirven en estas cristianas
efemérides a los ya tradicionales y clásicos repartos en forma de regalos y
celebraciones con esplendidas comidas en un mundo cada vez más superpoblado que
en vez de mejorar el nivel de vida lo que provoca a corto plazo es el
empeoramiento y la disminución en la calidad de vida, donde miles de millones
de seres humanos vivientes viven la incertidumbre de un oscuro futuro en este
bello planeta llamado Tierra.
Si nos acercamos a los mas diversos
medios de comunicación donde destaca las nuevas y mas modernas tecnologías
informativas digitales (que dan la vuelta al mundo a través de Internet) estos
nos informan y también nos advierten de ese no deseado “holocausto de hambre”
que presumiblemente se avecina y es que estas noticias en estas fiestas de la
Navidad no agradan a nadie para el llamado mundo civilizado de hoy de los bien ó
regularmente remunerado econonómicamente ya que en este principio del siglo XXI
varias estadísticas coinciden que en nuestro mundo terrícola padecen de hambre
más de "¡mil millones de habitantes!"…. No obstante, dejemos el mundo exterior
y centrémonos en Canarias en general y de forma particular en nuestra panorámica
isla turística de Gran Canaria donde cada año millares de personas se apuntan
en la lista interminable y angustiosa de los que padecen de hambre y otras
primordiales necesidades ya que los afectados y desafortunados “paisanos
canarios” muchos de ellos desahuciados de sus viviendas, sin trabajo, sin ayuda
económica (sin contar los que están enfermos) están mal viviendo en condiciones
extremas e infrahumanas y esto es alarmante ante el fuerte índice de paro que
supera el 35% siendo un verdadero quebradero de cabeza para las organizaciones
humanitarias que se ven impotentes en solucionar a tantas demandas de comidas y
otras necesidades, citemos el caso de Caritas que se ve desbordada ante el
aumento considerable de tanta pobreza por causas de la “crisis y sus derivados”.
La nueva era del Banco de Alimentos es una buena ocasión para buscar y almacenar alimentos para nuestros
necesitados, para ello cientos de personas voluntarias colaboran altruistamente
en los municipios canarios pidiendo ayuda alimentaria para este humano fin
donde también participan colectivos, asociaciones, entidades políticas y
deportivas, donantes particulares y establecimientos y centros comerciales de
cuya recaudación de víveres van a parar al conocido “banco de alimento”, pero
una pregunta está en el aire ¿Se distribuyen bien estos alimentos a las
millares de casas de familias y de los que malviven “sin ellas” y que viven en
el umbral de la pobreza”. En mi particular opinión creemos que “no se
distribuyen bien”, se dice y se comentan que los Ayuntamientos reciben periódicamente
ciertas cantidades de alimentos para los necesitados de sus pueblos, la opinión
generalizada en la calle por muchos ciudadanos es que está “equitativamente mal
distribuida” y al parecer a muchas familias incluidos a los que “viven solos”
se ven privados de estas ayudas…
Mientras tanto muchos indigentes y
familias que malviven en nuestra querida isla turística de Gran Canaria, seguirán
pidiendo en silencio ó visitando los “contenedores de la basura” en busca de
algún alimento “aunque estén caducados”, lo interesante para ellos es subsistir
a sus desgracias de ser “pobres”. Desgraciadamente y los años pasan en balde y
es que seguimos viviendo en una sociedad consumista y despilfarradora para unos
y para muchos de los que sufren y padecen de hambre y donde estas fiestas de la
Navidad del “Niño Dios” les es desconocida en este injusto mundo en que viven…
*Antonio Estupiñán fue decano de los corresponsales de la prensa escrita en Gran Canaria y, actualmente, colabora con diversos medios digitales.