La Avenida de Ansite, en el Cruce de Arinaga, una importante zona comercial que concentra un buen número de empresas del municipio |
Redacción
La Consejería de Economía, Industria, Comercio y Conocimiento del Gobierno de Canarias, a través de la Dirección General de Comercio y Consumo, recuerda a los consumidores la importancia de conocer las condiciones de compra de un bien o servicio antes de su adquisición, así como exigir los derechos y garantías que corresponden en caso de que surjan irregularidades o deficiencias.
La Directora General de Comercio y Consumo, Ángeles Palmero, desta algunos consejos generales y las distintas vías administrativas que existen para denunciar esas irregularidades en los procesos de compra-venta.
En este sentido, subraya que en el caso de detectar anomalías o desperfectos, el comprador debe dirigirse al centro de compras para presentar una reclamación, Si la respuesta por parte del vendedor es negativa, será entonces cuando debe solicitar la hoja de reclamaciones que pone a disposición el Gobierno de Canarias y presentarla en la Ofician Municipal de Información al Consumidor más cercana o en la Dirección General de Comercio y Consumo del ejecutivo canario.
No obstante, el primer paso antes de comprar es obtener la información necesaria del producto o servicio, ya que el comerciante tiene la obligación de ofrecer de forma clara, comprensible y veraz sus características esenciales.
Contratar experiencias con otros consumidores, analizar la publicidad para asegurarnos de que no es engañosa, comparar precios o buscar productos seguros, son algunas precauciones que pueden ayudar a consumir mejor.
Por su parte, a la hora de pagar es necesario comprobar que el precio final coincide con el que está marcado o con el presupuesta acordado previamente y, sobre todo, no firmar ningún compromiso sin antes conocer las condiciones de venta.
Además, en todos los casos debemos obtener un recibo, justificante, resguardo de depósito o cualquier otro documento que acredite la compra. Se trata de un derecho del consumidor y única prueba con la que contar en caso de reclamación.