25 de octubre de 2015

Carta al Viento: "Comarca del Sureste: ¡mira cómo se quieren!"

Domingo, 25 de octubre.

Jesús Vega*
Conocí a un profesor que se vanagloriaba constantemente de los muchos viajes que hacía. Eran tiempos en los que muy pocos podían salir ni siquiera de la isla. Y él, modulando la voz, y hasta pronunciando las zetas que no le correspondían por su lugar de nacimiento, contagiaba envidia cuando afirmaba que, como él era ciudadano del mundo, “ayer desayuné en Méjico y almorcé en Estados Unidos. Y ya ven ahora estoy en Gran Canaria, aunque mañana volaré de nuevo a América”. Entre los alumnos causaba risa y algunos pensaban incluso que no era posible semejante aventura. Aunque todos soñábamos, es verdad, que algún día tuviéramos la posibilidad de ser ciudadanos del mundo como el profesor. Esto ocurría hace más de 50 años. Y el profesor que, por otra parte, era muy valorado allí donde iba, hace bastante tiempo que hizo su último vuelo, seguro que el más feliz.
Hace menos años, hace 25, aquí, en Gran Canaria, algunos políticos buenos (sí sí, tomen nota: hay gente buena y lista y responsable en este gremio) pensaron que si un grupo de pueblos se unen, se podría hacer un mejor servicio a la comunidad. Realmente esto lo habían pensado otros ciudadanos dentro y fuera de la política. Lo original de todo esto es que estos dirigentes no sólo lo pensaron, que es lo más fácil, sino que lo pusieron en práctica.
Y así, tres municipios de Gran Canaria se dieron la mano y empezaron una andadura nueva. Compartieron proyectos, compartieron servicios y compartieron la ilusión de que era mejor que los tres avanzaran juntos, desterrando celos y zancadillas. En estos veinticinco años que se cumplieron hace sólo unos días, se ha ido logrando que Ingenio, Agüimes y Santa Lucía formen una misma comunidad. Yeray Rodríguez, a quien admiro por su trabajo como repentista, lo ha celebrado con unos versos que pueden convertirse en himno y que, entre otras cosas, dice: “Los que hoy somos del Ingenio / los que somos agüimenses / o los de Santa Lucía / todos somos del Sureste, / de tres pueblos que se estiran / y hacia la marea crecen / y que nacen isla adentro / porque isla adentro convergen, / tres pueblos que decidimos / compartir vida y simiente".
Me encanta eso de poder compartir vida y simiente. Porque no es tiempo, no lo debió ser nunca, de desuniones. Ni en los pueblos, ni en las familias, ni en las parroquias. Ya lo dijo Jesús hace bastantes años. Que la mejor señal para conocer si somos discípulos suyos es que estemos unidos. Y por tanto, la forma más evidente de desapego a lo cristiano es la división y el individualismo. Los buenos políticos, aunque no sean creyentes, son un estímulo para trabajar por la unidad de las parroquias, de los arciprestazgos y de las diócesis.
Tertuliano, en el siglo II cuenta que los paganos cuando veían que los cristianos estaban unidos exclamaban admirados: "¡Mira cómo se aman!" Mi admiración también por quienes han gobernado los tres municipios del Sureste en estos últimos 25 años. ¡Mira cómo han sido capaces de unirse!
Seguramente no será necesario hacer largos viajes en avión, como hacía el viejo profesor, para sentirse ciudadano del mundo. Se puede empezar por poquito. Vivir en Ingenio, trabajar en Agüimes, divertirse en Santa Lucía y, en los tres lugares, sentirse siempre en su pueblo, en su casa. ¡Mira cómo se quieren!
*Jesús Vega es Párroco de San José Obrero del Cruce de Arinaga y Vicario de las Parroquias de Ingenio.