7 de enero de 2017

Opinión: Un espectáculo digno y concurrido

Sábado, 7 de enero.

Gregorio González*
Un año más, tras un largo periplo lleno de penalidades, los Reyes Magos volvieron a nuestro pueblo de Agüimes. Pero digámoslo alto y claro, porque es de justicia decirlo: a pesar de los muchos escollos del camino, llegaron a tiempo para ver la entrañable mirada de los cientos de niños que inundaban calles y plazas del viejo pueblo.
Seducidos por el hechizo de los personajes, familias enteras se "tiraron a la calle" para arropar con su presencia el paso de la comitiva. Una comitiva regia que desfilaba majestuosa por las calles del añoso Agüimes. Una comitiva venida para engalanar una noche sugestiva, prodigiosa, mágica... Una noche que llegaba para dar cobijo a miles de ilusiones, para hacer realidad miles de sueños.
Este evento que relatamos brevemente ha sido protagonista de cada cinco de enero agüimense desde hace décadas. Veamos un poco de historia. En 1949 llegan a esta Villa de Agüimes tres Hermanos de La Salle para regentar una escuela. La labor de estos "hermanos" supera la actividad netamente docente y en pocos años, exactamente el cuatro de diciembre de 1955, fundan la Asociación de Antiguos Alumnos de San Juan Bautista de La Salle. Bajo la tutela de los "hermanos", estos ex alumnos organizan cientos de actividades hasta que en 1956, el 5 de enero, ponen en escena por vez primera "La Magna Cabalgata de Reyes", "...hacia Belén", dando con ello vida a un guión surgido de la diligente pluma del hijo predilecto de esta Villa, Orlando Hernández Martín.
Durante años, la Asociación La Salle asumiría la responsabilidad de liderar el empuje de una juventud resuelta a cambiar las cosas; a demostrar su valía y su buen hacer. Organizan actos culturales, deportivos, recreativos y, en un momento determinado, fruto de la audacia propia de la edad, dan un paso más allá y crean la Banda de Cornetas y Tambores, una entidad que, desde su nacimiento, sería el complemento ideal para dar lustro y viveza a una "cabalgata" que poco a poco echaba raíces y se consolidaba como acto central del navidad agüimense.
1968. Los Hermanos de La Salle abandonan la actividad docente. Abandonan Agüimes y se desvinculan de la Asociación. Pero los Antiguos Alumnos deciden preservarla contra viento y marea. Trabajan duro para que "La Cabalgata de Reyes" no decaiga. Y superan el reto. Son capaces de atravesar un largo puente de penurias y adversidades, de sobrevivir con la buena voluntad de unos cuantos socios y la exigua subvención del Ayuntamiento. Pero con mucho apoyo por parte del pueblo.
Y así, paso a paso, llegamos al hoy. Un hoy que, aunque no se desliza sobre lecho de rosas, es mucho más esperanzador. La cosa ha cambiado mucho y para bien. La implicación de entidades públicas y privadas, la colaboración de socios y simpatizantes, el empuje de cientos de jóvenes y muchísimos adultos, además del cariño de las familias y la complicidad de muchos vecinos de la comarca, han dado otra imagen a la "Cabalgata". En la actualidad disponemos de vestuario renovado, de escenarios consolidados y de iluminación y sonido ostensiblemente mejorados? Lo dicho: la cosa pinta mejor. 
Sin duda hay aspectos susceptibles de mejora. Pero, a pesar de ello, hoy podemos presumir de un espectáculo digno y concurrido. Un espectáculo en el que participan más de trescientos personajes: pastores, pajes, hebreas, romanas, bailarinas, además de los grandes protagonistas de la noche, los Tres Reyes llegados de Oriente. Y esto es así porque nuestra "cabalgata" desborda los linderos de la Asociación que la organiza. Sin atisbo de duda, la comitiva real siente el aliento y el favor del pueblo entero. Un aliento y un favor que la han colocado en un lugar de privilegio en el rico imaginario colectivo que Agüimes atesora. Y no sólo la Cabalgata. También la Asociación que la organiza es un importante icono de ese rico patrimonio.
*Gregorio González es secretario de la Asociación La Salle de Agüimes.