A mi sobrina Maite, que es madrileña, le gusta valorar las cosas de nuestra tierra. Hace unos días me contaba, sorprendida, que algunos amigos suyos de Gran Canaria, cuando escriben, utilizan muchas veces el "vosotros". Maite habla peninsular, pero no comprende que ahora muchos canarios estén abandonando su modo de hablar, tan correcto como el de la Península, para apuntarse a una moda incomprensible de decir estéis, llegáis y os quiero.
Yo tampoco lo entiendo, Maite. Bueno, no lo soporto. Hay gente que se cree más fina, más lista, intentando hablar como los de Valladolid. Y lo peor es que después confunden los tiempos verbales y no hablan bien ni como los canarios ni como los peninsulares.
Cuando voy con algún amigo a un restaurante, sobre todo en el sur, y el camarero nacido, por ejemplo en Arguineguín, nos suelta: "¿Vosotros qué queréis?", me dan ganas de decir que, lo que queremos de verdad, es ir a un lugar en donde los peninsulares hablen en peninsular y los canarios en canario.
Creo que hay cosas de nuestro modo de hablar que no podemos seguir permitiendo. No hay ninguna disculpa para que un canario reniegue de su modo de hablar. Suena a falso. Como suena a falso que entres a una tienda y la persona que te atiende, que no te conoce de nada, te llame cariño, amor o tesoro. ¿No es más normal que nos llamen señor o señora? ¿No es más normal que nos traten de ustedes y no de vosotros? ¿Volveremos algún día a tratarnos con normalidad?
Esto que hoy escribo en mi diario lo he escrito ya muchas veces.
Ocurre lo mismo en las misas. Me parece normal que un sacerdote peninsular se dirija al pueblo diciendo “El señor esté con vosotros”. Pero que un cura canario no diga “El Señor esté con ustedes”, es incomprensible. El lenguaje de la misa no puede estar sometido a una determinada región. Gracias a Dios, ahora hay traducciones de la Biblia y de los libros que se utilizan en la misa, adaptadas a nuestra forma de hablar.
A Maite, mi sobrina peninsular, que lleva ya algunos años viviendo en esta isla, le gusta el habla canaria con el seseo que no distingue las zetas de las eses y que nunca, nunca utiliza la segunda persona del plural. El vosotros es ustedes y nunca es os quiero sino les quiero. O sea hablar, como aprendimos de nuestros padres. Hablar con sencillez. Hablar en canario. Hablar en cristiano.
*Jesús Vega es Párroco de San José Obrero de Cruce de Arinaga.