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Agüimes se rinde ante los encantos de la naturaleza, ese que transforma la uva en los maravillosos caldos de la tierra. La uva vencerá al sol de agosto y dará comienzo la vendimia.
La cosecha en Agüimes no entiende de fechas y cada año sorprende a los viticultores. El color de la vid se torna oscuro y entonces, el fruto dulce y tierno, está listo para recolectar.
El equipo técnico de la Concejalía de Desarrollo Rural del Ayuntamiento de Agüimes continúa visitando las fincas de viñas de nuestro municipio para conocer de primera mano el estado de los viñedos y ofrecer asesoramiento para el tratamiento que evite posibles enfermedades de cara a seleccionar las uvas que irán a la bodega municipal.
El momento exacto del inicio de la vendimia tiene una relevancia especial en el resultado final del vino, por lo que es necesaria la realización de amplios controles de maduración que permitan predecir el tipo de mosto que se obtendrán y, de esta manera, adecuar el momento que se considera más propicio para el inicio de la recogida de la fruta.
Esta estación del año es una época idónea en la que se observa que los granos de uva se engrosan paulatinamente y su color varía del verde brillante a un rojo pálido, en el caso de las tintas, y amarillo claro en las variedades blancas. Una vez que la uva alcanza el grado óptimo de maduración, a mediados del verano, se lleva a cabo la vendimia.
Las viñas de Agüimes, que nacen de una tierra que en otra época fue productora de cereales y que imprimen al vino Señorío de Agüimes su peculiar carácter, están bajo la influencia de factores como el suelo, el clima y las variedades de vid, que vienen a confirmar la singularidad de un fruto sometido durante una buena parte del año a una temperatura media de 20º-22º y a los vientos alisios.
