18 de octubre de 2020

La Vegueta, el callejón (casi) invisible para Traveler

 Domingo, 18 de octubre.

Redacción

Vista del Callejón La Vegueta con la reconocida estatua del camello
La popular revista de viajes Traveler, perteneciente a la empresa global de medios de comunicación Condé Nast, publica un artículo dedicado a los callejones españoles camuflados entre el mundanal ruido que invitan a viajar a otros mundos paralelos.
"En tiempos de evasión, apunta el autor del artículo, Alberto Piernas, bucear en los diferentes mundos que encierran estos diez callejones españoles supone la más necesaria de las fantasías".
Así, Traveler menciona el Callejón del Pal, en Villajoyosa (Alicante), una oda al Mediterráneo en forma de fajas tendidas, plantas colgantes y un aroma a paella de la yaya que, en algún momento se confunde con el salitre de la cercana playa; el Callejón del Duende, en Cádiz, en el que según la leyenda, se encontraron, en los albores de la Guerra de la Independencia, un capitán francés apodado El Duende y una joven gaditana que, tras el flechazo, se citaban aquí cada noche para dar rienda suelta a un romance que sería descubierto por los vecinos, con la consecuente condena a muerte para ambos.
En Córdoba, el autor pasea por la Calleja de las Flores, considerado uno de los rincones más bonitos de la ciudad de Julio Romero de Torres, el resultado de un antiguo patio de vecinos convertido en un estrechísimo pasadizo donde caben todos los matices de la ciudad que vamos a buscar; también visitamos el Carrer dels Mirallers, en Barcelona, una calle empedrada que destaca por sus boutiques, muestras de arte urbano y las curiosas carassas, pequeñas cabezas que representan medusas, sátiros y demonios instaladas por todo el barrio alrededor de 1640, poco después de la Guerra dels Segadors, y que  indicaban a los interesados la ubicación de un prostíbulo, conocidos en aquel entonces como casas de barrets.
Desde la capital Condal, la revista Traveler nos acerca al Carrer Rectoria, en Valldemossa (Mallorca), y el encanto atemporal que se cuela entre portales y callejuelas en torno a la Catedral de Santa Catalina Thomas flanqueada por viviendas de piedra y aderezada con numerosas macetas; en Agüimes, el Callejón La Vegueta se nos presenta como un rincón reconocible por la estatua en bronce de un camello diseñada por Wency Herrera y que Alberto Piernas define como "el espejismo hecho callejón".
La Rúa da Oliveira, en Santiago de Compostela, por su parte, está considerada como la vía más estrecha de la ciudad santa; el Carrer des Llaüt, en la localidad menorquina de Binibeca Vell, emula los encantos de los antiguos pueblos marineros de la isla en que la mejor guía para avanzar es el azul del cielo o el sonido de las olas.
El callejón más curioso de Toledo, que puede ser hasta motivo de una fiesta temática de Halloween, es el Callejón del Infierno, cercano a la Iglesia de San Torcuato en la que el apuesto cristiano Felipe Pantoja se casó con la judía Rebeca gracias a la ayuda de la Diablesa, una bruja que solía aparecer en este callejón; el último rincón del artículo es el complejo natural de Los Callejones, a tres kilómetros de Las Majadas, en Cuenca, un paraíso de rocas calizas que prueba que un callejón no tiene que ser solo urbano.