Domingo, 1 de noviembre.
Vinos de Gran Canaria (www.vinosdegrancanaria.es)
La vendimia del año 2020 en Gran Canaria concluyó hace unas semanas y, aunque se auguraba más cuantiosa, la sequía y el estrés hídrido moderó las expectativas.
Con todo, el crecimiento con respecto al pasado año fue de un 11%, con una producción total de 332.695 kilos de uva (129.793 de uva blanca y 202.902 de uva tinta) que, en términos generales, ha habido que tratar poco y que posibilitará un producto muy competente.
La vendimia se adelantó de manera importante, con una producción un 65% superior a mitad de agosto con respecto a 2019, y con los más madrugadores en San Bartolomé de Tirajana, Santa Lucía, Gáldar, Agüimes, Agaete y Las Palmas de Gran Canaria.
A finales de agosto vendimiaron las zonas altas de Telde, Valsequillo y Pico de Bandama, mientras que en septiembre y octubre fue el turno de las zonas altas de San Mateo y en la cumbre, ya en el cierre de la campaña de la recogida de la uva.
El 2019 no fue un año bueno en cuanto a la producción, algo que ha paliado en parte este 2020 pese a que el resultado final no fue tan cuantioso como cabía esperar, con excepciones al aumento productivo como la Bodega Losoyos, que afirma que su producción se redujo a la mitad de años anteriores.
Por su parte, Viña Aguayro, en Los Corralillos, que ha tenido que ralentizar las visitas por la situación de la pandemia, señala que la uva casi no ha tenido que ser tratada, con el consiguiente ahorro de trabajo, y la producción en la Bodega Vega de Gáldar superó los 1.000 kilos de uva, con la blanca como la más temprana, mientras que Bodegas San Juan ha sufrido los rigores de la falta de agua, al igual que los viñedos satauteños, que tendrán también una producción muy baja.
El nuevo vino, resultado de esta vendimia, será una oportunidad para recuperar las notables pérdidas derivadas de la crisis sanitaria, que el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida de Vinos de Gran Canaria llegó a cifrar en hasta un 90%, lo que en la práctica es una parálisis casi total de la actividad.
El cierre completo del canal HORECA (Hoteles, Restaurantes, Cafeterías) generó un impacto en el sector que no palió las ventas online, y ahora, en el momento de la recuperación, que en cualquier caso va a ser lenta, tanto en cuanto la situación turística y hostelera está bastante ralentizada, la temporada de invierno se presenta con pronóstico incierto.